Carlos G. Torrico ha convertido sus lecturas sobre filosofía en una exposición (él prefiere llamarla instalación) constituida por una serie de formas geométricas y a veces figurativas construidas exclusivamente a base de barras de metal de escaso grosor que, a través de su relieve y de las sombras que proyectan en la pared, pretenden transmitir las dimensiones, todas las dimensiones que pueden tener determinadas formas.
Vayamos por partes. La exposición que se instala en las paredes de La Libre de Barrio de Leganés parte de la experiencia que, para su autor, supuso la lectura de las últimas tendencias de la filosofía.
Entre estas destaca fundamentalmente la obra de Timothy Morton. El pensador y escritor británico forma parte del grupo de filósofos jóvenes que considera superada la última ola de la posmodernidad que surgió a comienzos de la última década del siglo pasado y cree que hay que pensar en una ecología donde el ser humano no esté presente.
Partiendo de este planteamiento surge el concepto de Hiperobjeto (no Hiperobjetos). Hiperobjeto es todo aquello que por su amplitud, su extensión o la trascendencia de su significado resulta inasible para el ser humano. El calentamiento global, el feminismo o cualquier ideología serían Hiperobjetos. Realidades que rodean el ser humano pero que este no puede tocar ni casi pensar en su totalidad. Timothy Morton va más lejos y plantea que estas realidades pueden ser reducidas a una serie de formas planas, existir reducidas a representaciones materiales. Una ontología plana.
A partir de esta cura de humildad para el ser humano y con la clara conciencia de que el Planeta seguirá existiendo una vez desaparezca el homo sapiens, se plantea esta exposición, más bien instalación, que es la cuarta de las que ha protagonizado Carlos G. Torrico y que, mediante casi una veintena de piezas, pretende crear una ontología plana que transmita al visitante un concepto difícil de asimilar, pero que el autor espera al menos sugerir, para hacer pensar a las personas que lo vean en esas realidades no materiales que acabarán imponiendo su peso en la vida de todos.
No es la primera vez que el, en esta ocasión escultor, intenta trasladar los problemas y conceptos de la filosofía a los terrenos materiales del arte. Antes lo hizo con varios libros de filosofía que está pendiente de reunir y mediante el estudio y homenaje que llevó a cabo junto con otros autores de la obra del escritor argentino Macedonio Fernández.