En una reciente entrevista publicada en IPG Journal, Michèle Auga, directora de la oficina de la Fundación Friedrich Ebert en el Reino Unido e Irlanda, aborda con preocupación la escalada de violencia en Gran Bretaña, incitada por grupos de extrema derecha que manipulan el problema de la inmigración.
Auga advierte que esta situación está llegando a un punto alarmante, describiendo a los autores de estos actos violentos como «unidades paramilitares».
En la entrevista, Auga destaca que estos grupos están explotando las tensiones sociales relacionadas con la inmigración, avivando el odio y la desconfianza en las comunidades británicas.
Señala que la manipulación del discurso migratorio ha sido un catalizador para movilizar a sectores radicales de la sociedad, quienes han encontrado en la violencia una vía para expresar sus ideologías extremistas.
Según Auga, la inmigración ha sido utilizada como un «chivo expiatorio» por la extrema derecha, permitiéndoles justificar acciones violentas bajo la falsa premisa de proteger la identidad nacional.
Auga también menciona la preocupante organización y coordinación de estos grupos, los cuales operan con una estructura y disciplina que recuerda a unidades militares.
Esta capacidad organizativa, afirma, no es casualidad, sino el resultado de un proceso deliberado de militarización que ha estado ocurriendo dentro de estos movimientos.
La directora subraya que esta paramilitarización es un síntoma del peligroso nivel de radicalización al que se está llegando, y que podría tener consecuencias graves para la estabilidad social y política del país.
Además, Auga reflexiona sobre el papel que deben jugar las autoridades y la sociedad civil para contrarrestar esta ola de violencia.
Señala que es crucial que tanto el gobierno como las organizaciones no gubernamentales actúen de manera conjunta para desmantelar estos grupos y desactivar la retórica de odio que alimentan.
Asegura que una respuesta efectiva requiere no solo medidas de seguridad, sino también esfuerzos integrales para abordar las causas profundas de la radicalización, como la desigualdad social y la falta de oportunidades en ciertas comunidades.
Finalmente, Auga llama la atención sobre la necesidad de fortalecer la cohesión social en Gran Bretaña, promoviendo un diálogo inclusivo que permita enfrentar los desafíos de la inmigración de manera constructiva y sin caer en la trampa del populismo y la violencia.
Concluye que, sin una acción decidida y concertada, el país corre el riesgo de ver cómo estas «unidades paramilitares» continúan creciendo y amenazando la paz social.