El periodismo cultural de Guillermo Busutil va mucho más allá de la información puntual sobre libros, teatro o exposiciones de arte y fotografía. Busutil transforma cada uno de sus artículos en piezas literarias, a veces escritas incluso con la cadencia y el ritmo de la mejor prosa poética, transformando la lectura de información de la cultura en un ejercicio gratificante.
Acaba de reunir más de setenta artículos publicados en «La Opinión de Málaga» entre 2014 y 2019 (con algún que otro inédito) y algunas entrevistas que vieron la luz en la revista «Mercurio», de la que era director, que ha dejado de publicarse por no se sabe bien qué circunstancias.
El título del volumen que recoge estos trabajos es «La cultura, querido Robinsón» (Fórcola), un título que es un guiño a la soledad del consumidor de cultura desde el protagonista de la obra de Defoe.
Es un placer leer (o releer en su caso) estos artículos de Guillermo Busutil porque en todos ellos el autor introduce una dimensión que nos pasara desapercibida en la película, la exposición o el libro del que nos habla y que conocíamos. Y si la obra nos es desconocida, Busutil tiene el mérito de despertarnos el interés o la curiosidad por abordarla.
Como todo periodista cultural, Busutil abarca los más variados temas que se relacionan con el campo de la información de la cultura. En este libro ha clasificado sus escritos en siete apartados en los que incluye libros (Mapamundis de la palabra), fotografía (El ojo de la cámara), cine (Horizontes de cine), arte (La aventura de la mirada), teatro (El espejo de la conciencia), música (Bandas sonoras) y una sección variopinta en la que se encuentran desde obituarios a informaciones y reflexiones sobre exilios, tertulias, cafés, museos («pocas experiencias tan cercanas a la libertad», dice de ellos en uno de sus artículos), ecología, diseño… hasta historias fascinantes como las de los mensajes en botellas encontrados mucho tiempo después a mucha distancia de donde fueron lanzados, o las de esos barcos fantasma abandonados en puertos lejanos bajo banderas apócrifas por armadores que no pueden pagar deudas y créditos, con la tripulación desamparada en situaciones exasperantes.
El epílogo con el que se cierra el libro es un reproche a la banalización de la cultura y un manifiesto a favor de la que propicia la reflexión y la crítica a los poderes políticos y económicos porque «una sociedad sin cultura deja de enfrentarse a sus dudas, de hacer preguntas, de cuestionar los dogmas».
De paso
El sábado 21 de junio de 1947, Eva Perón visitó la ciudad de Zaragoza. En la catedral, después de rezar ante la Virgen del Pilar, se quitó los pendientes de oro que llevaba y los depositó ante la imagen. Esta es una de las anécdotas que se cuentan en el libro «Pasaron por aquí» (Ed. Pregunta), de otro gran periodista cultural, Antón Castro, gallego residente en la ciudad del Ebro, coordinador del suplemento «Artes y Letras» del Heraldo de Aragón y autor de más de treinta libros entre novelas, biografías, ensayos y poesía.
Ese ‘Aquí’ del título son las tres provincias aragonesas por cuyas capitales, pueblos y paisajes pasaron personajes populares, famosos o históricos de los siglos diecinueve al veintiuno cuyas estancias Castro ha rastreado y sobre las que ha escrito artículos que viene publicando desde hace años en el Heraldo y que ahora reúne en una interesante recopilación, a veces divertida, otras dramática, siempre apasionante.
A lo largo de estas páginas circulan gentes del cine, del teatro, de la música, de la literatura, del arte y de la fotografía, que rodaron por allí películas, dieron conciertos multitudinarios, presentaron libros y exposiciones o visitaron como turistas los monumentos de las ciudades y los paisajes de la geografía maña.
Músicos como Zeca Afonso, Patti Smith, Bruce Springsteen, Elton John, Bob Dylan, Tina Turner, Sting… actores y actrices como Sarah Bernhardt, George Clooney, Johnny Deep, Faye Dunaway, Ava Gardner… personalidades como Einstein, el doctor Barnard, Manuel de Falla o Lorca… Algunos dejaron huellas que se recordaron durante años y otros pasaron fugazmente sólo para cumplir sus cometidos.
Sorprende la cantidad de anécdotas que el autor incluye en los capítulos que dedica a muchos de esos protagonistas. Por ejemplo: ¿sabía usted que Almodóvar hizo la primera comunión en Poleñino (Huesca); que el último partido de Pelé en Europa fue en La Romareda; que Josephine Baker huyó de los nazis atravesando Canfranc; que Yoko Ono pasó los controles del aeropuerto de Zaragoza con un jamón metido de contrabando en la funda de la guitarra de su hijo Sean Lennon; que el pintor Rafael Barradas dejó en su casa de Luco de Jiloca (Teruel) dos sacos llenos de dibujos que alguien se llevó y nunca aparecieron…?.
El estilo y la brevedad de los artículos dedicados a los personajes que pasaron por Aragón convierte «Pasaron por aquí» en una lectura entretenida, curiosa e interesante.
