La presidenta de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, ha informado al presidente de la Asociación Vecinal El Organillo de Chamberí, Julio López de la Sen, que tras admitir a trámite la demanda que presentó el pasado mes de octubre ante el ruido procedente del ocio nocturno en el distrito, ha pedido a la Comisión Europea «una investigación preliminar sobre el asunto». 

«Le informamos de que tanto la OMS como la UE reconocen el ruido como una forma de contaminación ambiental y también como fuente de problemas de salud en casos de exposición crónica. Por este motivo, la Unión Europea adoptó la Directiva 2002/49/CE relativa a la evaluación y gestión del ruido ambiental, en la que el ‘ruido ambiental’ se define como sonido exterior no deseado o nocivo creado por actividades humanas», indica Montserrat en su misiva, antes de añadir que las acciones a nivel europeo para reducir el ruido recibirán una prioridad diferente en comparación con otros problemas ambientales como la contaminación del aire y el agua, porque se considera que es la mejor solución a los problemas de pérdida de ruido a nivel nacional o local. 

El Organillo ha valorado esta carta del Parlamento Europeo y ahora espera que la Comisión Europea solicite al Ayuntamiento de Madrid informes sobre su actuación ante un problema que la vecindad lleva años denunciando. «El ruido en Chamberí es un problema crónico, que se ha agravado en los últimos años por la saturación descontrolada de las terrazas de hostelería, y no nos ha quedado otro remedio que recurrir a instancias europeas debido al caso omiso que el Ayuntamiento de Martínez Almeida y Villacís ha hecho a nuestras continuas reclamaciones y propuestas para solucionarlo», ha indicado Julio López de la Sen después de recibir la comunicación. 

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El texto remitido por la entidad vecinal al Parlamento Europeo explicaba que en algunas zonas de Chamberí, donde se concentran numerosos locales de ocio, las mediciones oficiales llevadas a cabo por el Ayuntamiento en 2018 y 2019 (últimas mediciones del Ayuntamiento a las que los vecinos han podido tener acceso) recogían registros medios entre 60 y 65 dBA a las 00:00 horas en los puntos de medida en el distrito de Chamberí.

Estos registros están muy por encima de los valores que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera seguros para evitar problemas cardiovasculares (como aumentos de riesgo de hipertensión o de infarto de miocardio) o enfermedades psiquiátricas, subraya el colectivo. 

Desde entonces, el Ayuntamiento no solo no ha activado medidas para proteger el descanso de la vecindad, sino que ha deteriorado más aún la situación con el fomento descontrolado de las terrazas durante la pandemia, especialmente en zonas como la calle Ponzano, la plaza de Olavide o el barrio de Trafalgar. A la proliferación de terrazas y veladores se ha sumado la eliminación de las restricciones horarias a los locales de ocio en la Comunidad Autónoma de Madrid que entró en vigor el 20 de septiembre de 2021, que permite la apertura de algunos locales hasta las 06:00 horas, y la posterior eliminación de las limitaciones de aforo, puede leerse en el documento remitido al Parlamento, en el que la asociación vecinal informa también de los resultados de una campaña de mediciones de ruido llevaba a cabo el año pasado.

Como resultado de unas mediciones recientes (llevadas a cabo mediante equipos y procedimientos homologados) se ha comprobado cómo durante el periodo nocturno se llegan a superar los valores límite exigidos por la Ordenanza Municipal para áreas residenciales de tipo II en hasta 39 dBA (es importante observar que, al tratarse de una escala logarítmica, superar en 10 dBA un valor límite significa que la intensidad del ruido es diez veces mayor que la fijada por ese límite, lo que hace que estas medidas reflejen que la intensidad del ruido casi llega a ser 10000 veces mayor que la intensidad límite).

La situación es tan grave que incluso se superan ampliamente los límites correspondientes a las áreas acústicas menos protegidas (áreas de tipo V) reservadas para áreas de uso industrial, expone El Organillo en su escrito. Precisamente estas últimas mediciones sirvieron de base a la asociación para interponer, el pasado noviembre, un recurso contencioso-administrativo contra el Ayuntamiento de Madrid por su inacción ante un problema tan importante.

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