En el Día de la Selva Amazónica, este 5 de septiembre 2022, una nueva encuesta en la Unión Europea (UE) muestra que la población apoya de forma abrumadora (82 por ciento) que las empresas no deberían vender productos que destruyen los bosques del mundo y piensa (78 por ciento) que el gobierno debe prohibir los productos que generan la deforestación.
Cuando se les informa de que el Parlamento de la UE ha propuesto una ley de este tipo, el apoyo se eleva al 81 por ciento.
Este es uno de los resultados que se desprende de una nueva encuesta europea hecha en julio 2022 en nueve países de la UE por la empresa de estudios de mercado Globescan, para una amplia coalición de organizaciones de consumidores y conservacionistas.
Comportamiento empresarial deficiente exige regulación
La ciudadanía europea considera que las instituciones con más responsabilidad en la protección de los bosques son las que peor funcionan. Es el caso de las grandes empresas, para las cuales casi la mitad (46 por ciento) de las personas encuestadas esperan que sean las más responsables en la protección de los bosques; mientras que una gran mayoría (64 por ciento) a su vez piensan que son precisamente quienes peor se comportan a la hora de evitar la deforestación.
La responsabilidad política frente a esta problemática es igualmente elevada, especialmente en España, donde se hace responsable a los gobernantes nacionales (56 por ciento) y europeos (50 por ciento) en tomar medidas frente a la deforestación. Estos datos refuerzan el llamamiento a que desde la Unión Europea y los estados miembros se tomen medidas legales para regular el mercado y, así, garantizar que en la UE sólo se venden productos libres de deforestación.
Las personas consumidoras están dispuestas a dar la espalda a los minoristas y a las empresas vinculadas a la deforestación
La decisión de actuar contra las grandes empresas que fabrican o venden productos causantes de deforestación es mayoritaria (73 por ciento): un 37 por ciento dejaría de comprar y un 36 por ciento reduciría sus compras. Una parte menor de este grupo (15 por ciento) iría tan lejos como para convencer a otros conocidos para que también dejen de comprarles.
El riesgo de perder clientes por sus vínculos con la deforestación es especialmente alto en España e Italia, donde casi la mitad dejaría de comprar productos a estas empresas.
Parlamento Europeo
El martes 13 de septiembre 2022, el Parlamento Europeo votará una nueva ley que pretende garantizar a las personas consumidoras que los productos que compran en la UE están libres de deforestación. La encuesta muestra que el apoyo a esta ley es del 81 por ciento, un porcentaje mucho mayor que el habitual para las leyes europeas (32 por ciento).
Este apoyo se observa en los votantes de todos los partidos políticos más importantes de Europa y en todos los grupos de edad, con un mayor apoyo entre los mayores de 45 años, que es precisamente el rango de población con más influencia en el voto.
Además, una abrumadora mayoría apoya el refuerzo de la ley contra la deforestación incorporando más exigencias. Más de ocho de cada diez (83 por ciento) europeos creen que, además de abordar la deforestación, la ley debería exigir a las empresas que dejen de vender productos que destruyan otros ecosistemas críticos, como las sabanas y los humedales. Asimismo, el 82 por ciento de los encuestados cree que la ley debería abarcar los productos que degradan y destruyen los bosques del mundo, mientras que el 81 por ciento piensa que debería proteger los derechos territoriales de los pueblos indígenas.
La deforestación es la mayor preocupación medioambiental en la mayoría de los países de la UE, ya que casi ocho de cada diez europeos (77 por ciento) dicen estar preocupados por la destrucción y degradación de los bosques del mundo.
Ana Tapadinhas, directora general de DECO, la Asociación Portuguesa para la Protección del Consumidor, afirma que «los consumidores están cada vez más informados y reconocen el impacto que tienen sus decisiones en la naturaleza, en concreto, contribuyendo a la deforestación, el cambio climático y a la pérdida de biodiversidad. Los consumidores portugueses esperan que los eurodiputados asuman su responsabilidad y apoyen una nueva legislación para reducir el impacto del consumo de la UE en la naturaleza y los derechos humanos».
Carlo De Masi, presidente de la Asociación Italiana de Consumidores (Adiconsum), sostiene que «las dificultades que estamos atravesando, con la crisis energética, el fuerte aumento de los precios de los bienes y servicios, empezando por los de las necesidades básicas, y la pandemia, no deben hacernos olvidar que no puede haber desarrollo sin sostenibilidad. Proteger los bosques y ecosistemas frágiles significa garantizar la continuidad de los recursos naturales que necesitamos. Me complace que los italianos en la encuesta se encuentren entre los más firmes defensores de la ley contra la deforestación. Esperamos que el Parlamento Europeo se una a los consumidores europeos y apoye una Ley de la UE libre de deforestación sólida».
David Sánchez, director de la Confederación Española de Consumidores (CECU), defiende que «una vez más, los consumidores instan a las empresas y gobiernos a tomar medidas contra la deforestación. Por lo tanto, la única opción para los eurodiputados y los gobiernos nacionales es apoyar una posición ambiciosa sobre esta ley para garantizar que las empresas dejen de vender productos que destruyen los bosques del mundo».
Julia Christian, activista de Fern, dice que «una conclusión importante de esta encuesta es que los europeos quieren que sus líderes sean más audaces al abordar la lacra de la deforestación. Claramente quieren que los eurodiputados y los gobiernos de la UE refuercen el proyecto de ley. Específicamente, los europeos desean abrumadoramente que la ley obligue a las empresas a dejar de vender productos que se fabricaron acaparando las tierras de los pueblos indígenas, que son los mejores guardianes de los bosques. Los eurodiputados deben mostrar liderazgo y votar por una regulación estricta que requiera que las empresas defiendan los derechos territoriales de las comunidades de acuerdo con los estándares internacionales».
Casi 1,2 millones de ciudadanos han pedido a la UE que apruebe una normativa estricta para detener la deforestación importada, uniendo sus voces en la campaña #Together4Forests.
Europa es uno de los mayores impulsores de la deforestación global en el mundo, sólo superado por China. La agricultura industrial impulsa casi el 90 por ciento de la deforestación tropical, según la FAO.