«La chica que sanaba», el estrecho margen que separa el milagro de la impostura

«Holly es quizás una nueva generación de películas de zombis, ancladas en la realidad, con su cuota de muertos vivientes aferrados a unas cuantas luciérnagas» (Le Monde)

«La chica que sanaba» (Holly[1]), quinto largometraje de la directora luxemburguesa Fien Troch («Someone Else’s Hapiness», «Home» Premio Orizzonti a la Mejor Dirección en el Festival de Venecia 2016) es el retrato ambivalente de una adolescente que hace milagros, con una protagonista, Cathalina Geeraerts, que debuta en el cine, a la que secundan Greet Verstraete («Tench») y el también debutante Felix Heremans.

Como muchas adolescentes de quince años, Holly es una joven introvertida que no encuentra su lugar en el mundo, algunos compañeros la rechazan en la escuela y su único amigo, Bart, es un chico autista. El día que llama a la escuela para decir que no va, tiene lugar un incendio en el que mueren varios alumnos. La comunidad está conmovida por la tragedia y se une para sobrellevarlo. Anna, una profesora intrigada por Holly y su extraña premonición, la invita a unirse al grupo de voluntariado que dirige.

Bruja para algunos, santa para otros –el nombre de la niña juega con la significación del vocablo inglés Holy, -elegida, excepcional- la presencia de Holly parece llevar algún tipo de paz mental al grupo. El rumor sobre los «milagros» de Holly se propaga y todas las personas desgraciadas y depresivas reclaman su presencia y su extraño magnetismo, que se manifiesta en imposiciones de manos y abrazos, exigiendo cada vez más de la joven, que se vuelve imprescindible y al mismo tiempo molesta.

Película que alterna lo real con lo fantástico, sobre el altruismo y la necesidad de creer en lo que se siente como sobrenatural, y sobre las dudas identitarias de una adolescente solitaria, «Holly» es el retrato ambiguo de una chica que se mueve entre la fe de toda una comunidad y las sospechas de impostura.

  1. «Holly» se estrenará en los cines de Madrid el viernes 19 de abril de 2024.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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