Pedro Casas[1]

El pasado 14 de noviembre 2024, la Junta Municipal del distrito de Moncloa Aravaca, con la mayoría que le dan los votos de Vox y el PP, acordó el cambio de nombre de la Avenida de la Memoria, para sustituirlo por el nombre de Avenida de la Concordia, decisión que se inscribe en la corriente negacionista de la historia reciente de nuestro país, que trata de volver a enterrar, como las decenas de miles de cadáveres todavía en cunetas, los asesinatos y la represión cometida por el régimen franquista. 

Se trata de una vía que durante la dictadura, y 42 años después, tuvo como denominación Avenida de la Victoria, en recuerdo de la conseguida en 1939 por las tropas golpistas sobre el régimen democrático de la República.

La concordia es un concepto que da sentido a un proceso en el que dos partes se ponen de acuerdo en un relato basado en la verdad y por lo tanto en la recuperación de la memoria de lo sucedido. Pero es que en este país no se ha formado una comisión de la verdad, y los verdugos no han reconocido ni reparado los daños personales, materiales y de todo tipo sufridos por las víctimas de aquel régimen opresor. Precisamente la Avenida de la Memoria es un símbolo del compromiso de la sociedad con la justicia y la dignidad de las víctimas.

Lo que se pretende con este cambio es todo lo contrario de la concordia; es un nuevo intento de humillar por parte de quienes se consideran vencedores y no están dispuestos a reconocer sus atrocidades.

El Ayuntamiento de Madrid, que mantiene todavía en sus calles muchos nombres y símbolos que hacen apología del franquismo, y por eso contrarios a la vigente ley de Memoria Democrática, se alinea con la extrema derecha, que pretende borrar la memoria histórica también en otros lugares, desnaturalizando leyes en esta materia, lo que sin duda provoca más odio y enfrentamiento, enarbolando la falsa bandera de la concordia.

Para el cambio de nombre de la calle queda todavía un trámite municipal, que esperemos no llegue a darse, por dignidad y respeto. Porque sin Memoria no puede haber Concordia.

  1. Pedro Casas es miembro de la Plataforma Calles Dignas – Justa Freire

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