Robert Misik, periodista alemán, advierte en el IPG Journal de la Fundación Friedrich Ebert sobre el posible retorno a la austeridad tras las elecciones europeas convocadas entre el 6 y el 9 de junio 2024.
Este cambio pondría en riesgo los recientes avances sociales y económicos logrados por la Unión Europea, especialmente aquellos que se alejaron del estricto liberalismo económico y la política de austeridad de la década anterior.
Durante los últimos años, la Unión Europea ha implementado medidas significativas para mejorar las condiciones de los ciudadanos. Entre estas se incluyen la creación del Fondo de Recuperación Europeo, que inyectó 700 mil millones de euros en la economía para contrarrestar los efectos de la pandemia de COVID-19, y la directiva sobre el salario mínimo, que elevó los ingresos de los trabajadores en varios estados miembros. Estas políticas representaron un alejamiento de las prácticas de austeridad que predominaron durante la crisis financiera de la década de 2010.
Sin embargo, Misik destaca que un posible resurgimiento de la política de austeridad podría estar impulsado por la reciente victoria de partidos de derecha en países como Finlandia y Suecia. En Finlandia, por ejemplo, el gobierno de Petteri Orpo busca restringir el derecho a huelga, lo que refleja un retroceso en los derechos laborales y sociales. Esta tendencia también podría influir en la política europea, especialmente si las fuerzas conservadoras y populistas ganan más poder en el Parlamento Europeo
Es fundamental que los ciudadanos europeos no acudan a votar guiados únicamente por controversias a nivel nacional, como la frustración con los partidos gobernantes en sus propios países, como sucede en España. En su lugar, deben considerar la orientación política europea básica y las implicaciones de sus votos para el futuro de la Unión Europea en su conjunto.
Las medidas económicas y sociales adoptadas por la Unión Europea para apoyar a los trabajadores incluyeron:
- Fondo de Recuperación Europeo:
Con 700.000 millones de euros, este fondo fue diseñado para revitalizar la economía pospandemia, destinando recursos significativos a proyectos de inversión en infraestructura, tecnología verde y digitalización. La intención es crear empleos, estimular el crecimiento económico y asegurar una recuperación sostenible y resiliente. - Directiva sobre el salario mínimo:
Esta directiva ha buscado establecer umbrales de salario mínimo adecuados en todos los estados miembros, lo que ha resultado en aumentos salariales para los trabajadores en sectores de bajos ingresos. La directiva promueve salarios dignos y condiciones laborales justas, reduciendo la desigualdad y mejorando la calidad de vida de millones de trabajadores en la Unión Europea. - Fortalecimiento de los sindicatos:
La UE ha impulsado la ampliación de la cobertura de los convenios colectivos, promoviendo la negociación colectiva y el diálogo social. Estas medidas han permitido una mejor representación de los trabajadores y la defensa de sus derechos, garantizando condiciones laborales más justas y equitativas. - Excepción Ibérica para bajar el precio de la energía:
Implementada en España y Portugal, esta medida ha permitido desvincular los precios de la electricidad del mercado mayorista del gas, resultando en una reducción significativa de los costos energéticos para los consumidores y empresas. Esta excepción ha sido crucial para aliviar la carga económica sobre los hogares y fomentar la competitividad empresarial en la región ibérica.
Estas iniciativas no solo han mejorado las condiciones de vida de muchos ciudadanos, sino que también han demostrado que es posible una política económica que no dependa exclusivamente de la austeridad.
El futuro de estas políticas dependerá en gran medida del resultado de las próximas elecciones europeas y del equilibrio de poder que emerja de ellas.
