Miles de ciudadanos han respondido este 31 de enero 2023 al llamamiento de lo sindicatos franceses contra el proyecto presentado en el Parlamento por Emmanuel Macron para ampliar los periodos de cotización y la edad de jubilación de los 62 a los 64 años, y establecer baremos que acabarían con el actual sistema solidario para favorecer los fondos privados de pensiones.
La propia policía reconoce una participación que ha superado la del pasado 19 de enero en un veinte a treinta por ciento, en manifestaciones unitarias que se han seguido en más de 250 ciudades en todo el país, en las que la movilización ha sido masiva: Marsella, Montpellier, Pau, Lille, Albi, Vannes, Brest, Rennes y en toda Bretaña, Estrasburgo, Dieppe, Blois, Mulhouse, Clermont Ferrand, Tours, Toulouse, Lyon o Paris…
Una movilización sindical cuya particularidad es que reúne no solo a los sindicatos de izquierdas, sino al conjunto del movimiento sindical francés, y que se ha extendido hoy con un llamamiento a la huelga general interprofesional tanto en el sector publico como en el privado.
Quinientos mil manifestantes en Paris, según cifras sindicales, han colapsado a las dos de la tarde del martes 31 la plaza de Italia y han invadido las calles hasta las cercanías de la explanada de los Inválidos, a donde llegaba la cabeza de la manifestación a eso de las cinco y media de la tarde, al cabo de tres horas y media de marcha.
La huelga general interprofesional ha afectado en particular el sector de transportes: SNCF ferrocarril y Metro, pero también al servicio aéreo, incluidos los controladores en aeropuertos, y el servicio marítimo.
También han sido impactados por la huelga el sector del correo, educación nacional, el sector de la energía y el de la sanidad.
El jefe del Estado ha preferido una vez más viajar al extranjero, en esta ocasión a Holanda, coincidiendo con esta inmensa protesta popular contra su detestada «reforma» de las pensiones. En los próximos días proseguirá aquí la doble batalla en el Parlamento, en la calle y en las empresas, contra el proyecto del minoritario gobierno de Macron, que sigue obcecado en aplicar su reforma contra la voluntad de la inmensa mayoría de los franceses.
El resultado de esta movilización en Francia será decisivo para el futuro de toda Europa, y cabe esperar que, si los franceses le paran los pies a Macron, la repercusión será general en el resto de la Unión europea.
Mas allá de la contra reforma de las pensiones de Macron, lo que está en juego en Francia, como en Europa, es una opción de sociedad más humana y generosa frente al cinismo de ultraliberales y al peligroso auge de los partidos fascistas.