El escritor brasileño Joaquín Machado de Assis (1839-1908) está de actualidad. Su obra se agotó recientemente en Estados Unidos siendo sus escritos alabados por Susan Sontag, Woody Allen o Philip Roth. Pero además de su calidad literaria hay otro aspecto en su vida que merece ser destacado, su pasión por el ajedrez, donde llegó a ser árbitro de partidas.

Efectivamente, era un gran aficionado al ajedrez y recientemente se ha documentado, fruto de una investigación, una faceta hasta ahora desconocida: fue árbitro de partidas de ajedrez entre 1883 y 1884.

Machado de Assis se inició entre los 64 escaques en 1860 cuando empezaba su carrera como escritor, de hecho, la primera referencia explícita al noble juego en su obra se encuentra en el cuento de 1864 ‘Cuestión de vanidad’.

En 1868 en Río de Janeiro frecuentaba el club Fluminense para jugar partidas y posteriormente el Gremio Chess.

Pero inició su práctica de forma más profunda en 1877, luego participa en el primer torneo oficial en Brasil, en 1880, celebrado en el barrio de Botafogo que ganó el pianista y compositor Arthur Napoleão dos Santos (1843-1925), portugués de Porto, radicado en Rio de Janeiro, que fue capital de Brasil de 1765 hasta 1961.

Machado de Assis, no solo participó en este torneo, sino que quedó ex aequo en tercer lugar, consiguiendo once puntos. Se conserva la partida que disputó contra el suizo Charles Pradez. Las piezas que utilizó, de madera y cristal de estilo imperial, están expuestas en la Academia Brasileira de Letras de la que fue miembro fundador en 1897.

Pero Machado de Assis además de esa faceta de árbitro de ajedrez, fue el primero en publicar un problema ajedrecístico en una revista nacional brasileña. Sus problemas muestran su capacidad estratégica para colocar las piezas en una trama con el mismo dominio narrativo que sus tramas literarias. En 1898 publicó toda una serie de problemas bajo el título ‘Caissana brasileira’.

A Machado de Assis el ajedrez lo acompañó durante un período de aproximadamente 38 años (1860 a 1898). En 1883 recibía correspondencia de Londres con partidas que allí habían aparecido en la prensa. Para el escritor, era más que un juego, lo practicó y estudió muchos años a lo largo de toda su vida y además estuvo presente en su amplia obra literaria.

De sus escritos se deduce que su maestro en el tablero fue el citado Arthur Napoleão dos Santos, uno de los mayores impulsores del juego en Brasil, y quien llegó a jugar en Nueva York contra el oficioso campeón mundial Paul Morphy (1837-1884).

Las referencias al juego de ajedrez se encuentran esparcidas por varias de las obras de Machado de Assis, formando parte de la vida de los personajes o sirviendo como analogías de la vida.

En los más de doscientos cuentos que escribió se pueden encontrar referencias además del citado ‘Cuestión de vanidad’ en ‘El incrédulo frente a la cartomante’, también conocido como ‘La cartomántica’, ‘Astucias de marido’, ‘Rui de Leao’, ‘Cuál de las dos’, ‘Antes que cases’ ‘Historia de una lágrima’ y ‘Quién hace una buena cama’.

Además aparecen referencias en sus novelas Iaiá García (1878) y Esaú y Jacob (1904)

Sobre el juego, en una crónica de 1896, Machado de Assis escribió: «Cualquier cosa puede ser, siempre que me salven el ajedrez».

Previamente, en su obra ‘Iaiá García’ destaca: «De las cualidades necesarias para el juego de ajedrez, dos imprescindibles: la vista rápida y la paciencia benedictina, cualidades preciosas en la vida que también es el ajedrez, con sus problemas y juegos, unos ganaron, otros perdieron, otros nulos».

Biografía

Machado de Assis cultivó la novela, el cuento, el teatro, la poesía y la crítica. De formación autodidacta, entre sus obras más conocidas, traducidas al español, se encuentran ‘Memorias póstumas de Blas Cubas’ y ‘Don Casmurro’ (1899). También ‘Resurrección’ (1872), ‘Quincas Borba’ (1891), ‘Esaú y Jacób’ (1904) así como distintas recopilaciones de sus cuentos en diferentes editoriales.

En este sentido, hay que destacar la última y cuidada edición de la editorial PreTextos titulada ‘Cuentos de madurez’ editada en 2011 que recoge treinta de los más significativos.

En Madrid, en el barrio de Tetuán, existe en unos jardínes cerca de la avenida Brasil, una escultura en su honor, es una reproducción en bronce de la obra creada por el escultor Bartolomeu ‘Humberto’ Cozzo (1900-1981), que preside la sede de la Academia Brasileña de las Letras, que precisamente la donó en 1998 al Ayuntamiento madrileño.

Machado de Assis da nombre a uno de los principales premios literarios de Brasil otorgado por la Academia Brasileña de las Letras, donde fue uno de sus fundadores.

Era mulato lo que sigue generando debate ya que el año pasado aparecieron imágenes suyas en Brasil con un tono de piel más oscuro que el que habitualmente y durante décadas se habían difundido.

Jesús Cabaleiro Larrán
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, rama Periodismo con cursos de doctorado, estudios sobre Marruecos contemporáneo y el Sáhara Occidental. Más de 35 años de periodismo, la mayoría en prensa escrita, ha trabajado a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, casi 13 años en el extinto diario El Faro Información, en Algeciras, donde empezó de redactor y del que fue su último director y en Tánger dos años en un diario digital. Además ha participado en la mayoría de los Congresos de Periodistas del Estrecho desde el inicial en 1993 hasta 2019. Titulado en ajedrez por la UAH y UNED. Amante de Portugal. Ha publicado un libro, ‘Artículos periodísticos. Apuntes para la historia de la prensa de Algeciras’.

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