Jesús Carmona, regreso triunfal a La Unión

Jesús Carmona presentó en la noche del 3 de agosto, en la Catedral del Cante de La Unión, su espectáculo «Unidos», promovido por Flamenco Real y So-La-Na Entertainment y ofrecido por el diario La Verdad de Murcia. Y para celebrar trece años de haber ganado el premio Desplante en este mismo foro.

De ahí el título del espectáculo, «Unidos» para siempre La Unión y Jesús Carmona.

El tiempo que inexorablemente pasa ha traído a La Unión a un Jesús Carmona con la madurez personal y artística de trece años de evolución en ambos ámbitos.

Hace trece años no tenía a Lucía Campillo, su pareja personal y en el arte, la figura principal del elenco que siempre va con él. Es una maravilla observar a estas parejas que comparten todo en sus vidas, algo que crea esa complicidad que los diferencia.

Jesús Carmona ©Tomás Ortiz

Apareció solo en escena. Bailando un taranto en honor a esta tierra minera que marcó, según él mismo declara, el punto de inflexión en su carrera, el antes y el después. Un después que le ha convertido en el mejor bailarín del mundo, como reza el premio Benois que le fue otorgado en 2020, uno de los muchos honores recibidos por Jesús Carmona en forma de premios.

Luces y sombras para resaltar la silueta del bailaor; sonidos y silencios que el artista teje en su baile, en su taconeo, en su entrega total al arte de Terpsícore, arte que recibió al nacer como un don. Y luego salió a escena Lucía Campillo.

Baile por fandango, haciéndose compás con sus pies, con la sola compañía del cante de Eleazar Cerreduela, como una oración en un templo ancestral, de ninguna creencia y de todas las creencias, porque la espiritualidad lo abarca todo, lo mismito que en flamenco en los pies de Lucía y en la garganta de Eleazar.

Lucía Campillo ©Tomás Ortiz

Con las alegrías llegó la guitarra de José Manuel Martínez, El Peli. Con lo que el toque, el baile y el cante tomaron posesión de la escena con todo el poderío del arte de Cádiz.

Un intervalo de cante y toque, pilares flamencos, como introducción a una segunda parte solemne y grandiosa. El gran José Valencia con su cante profundo y la guitarra de Juan Requena como artistas invitados, rompieron por Manuel Vallejo con media granaína, luego por verdiales.

Por bulerías con todo el elenco en escena, con la pareja de baile dedicándose desplantes al compás de sus pies maestros de danza. Y después, lo más grande: El martinete, el antiguo sonido de las fraguas, hecho danza y compás por el maestro Carmona, haciendo retener el aliento en la Catedral del cante. Y luego él se fue y ella entró para marcarse una seguiriya haciendo protagonista a su bata de cola,

Se despidieron del público por soleá, en una noche que el maestro nombró como «regalo de Dios», unidos para siempre, el maestro Carmona y La Unión.

Hubo un remate de la noche al final del espectáculo: El descubrimiento de la placa con el nombre de Jesús Carmona en la Avenida del Flamenco. Y otra para el Maestro de la guitarra, Pepe Habichuela.

Una noche para recordar.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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