No conocía a la bailarina cordobesa Marta Gálvez. Así que antes de ver su Dama de noche busqué su biografía y lo que encontré me permitió entender la complejidad de este trabajo suyo que hemos visto en Jerez, en el Centro Social Blas Infante.
Formación en el Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río, beca para jóvenes talentos en el Centro Andaluz de la Danza de Sevilla, premio Danza en el Certamen Coreográfico del distrito de Tetuán de Madrid. Licenciatura en Pedagogía de la Danza por el Conservatorio Superior María de Ávila de Madrid. Bailarina Sobresaliente, Primer Premio Jóvenes Flamencos de la Diputación de Córdoba. Imparte clases, ha trabajado con María Pagés, José Porcel, David Coria, Mercedes de Córdoba, formó parte del Ballet Flamenco de Andalucía, bailarina solista de Danza Española para el Festival Internacional de Piano Guadalquivir, etc,, etc.
Pues así se entiende Dama de Noche, desde la formación y experiencia multidisciplinar de Marta Gálvez. No sé si decir que es un logro total o un work in progress o las dos cosas, más bien esto último, porque Dama de Noche es un poco ambas cosas. Pero sí predomina la premisa mayor en los espectáculos de baile: La belleza.
Dama de Noche narra el proceso de esta flor, desde el atardecer hasta que el sol está alto en el firmamento. O el proceso de la mujer flor, desde que empieza a abrirse hasta que alcanza su pleno desarrollo. O el propio proceso de Marta Gálvez.
No se entendería Dama de Noche sin el protagonismo del vestido casi mágico, con sus elementos cambiantes al hilo del proceso, lento en un largo principio, que más que a danza recuerdan asanas de yoga, con seguimiento profundo y consciente de sus movimientos microscópicos.
La música del compositor y guitarrista José Almarcha, de Isidora O’Ryan, de Juan Carlos Avecilla y de la propia Marta Gálvez, marcan los ritmos de la danza, apoyados por los cantes de David Lagos, la guitarra de Almarcha, y el chelo, voz y percusión de O’Ryan.
Un viaje que parte de la oscuridad del crepúsculo o comienzo de florecer, las sombras de la noche, la maduración, los frutos vestidos de rojo. Viaje que pasa por las danzas estilizadas, bolera, flamenca en el culmen y regreso a un nuevo comienzo.
Como la vida misma.
Marta Gálvez domina la danza. Es un excelente producto de su extensa formación. Es creativa, técnicamente perfecta. Su danza tiene gran belleza. Pero aún le falta algo. Emocionar.
Trabajo en proceso. Work in progress.
