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Italia acepta acoger en Palermo las 353 personas rescatadas por el Sea-Watch 4

Médicos Sin Fronteras (MSF) informa de que este 1 de septiembre de 2020 Italia le asignó Palermo como puerto seguro para acoger las 353 personas rescatadas a bordo del del barco Sea-Watch 4, y que el traslado de las personas se ha efectuado este 2 de septiembre al barco Gnv Allegra, donde cumplirán el periodo de cuarentena.

Thomas Lohnes: Sea Watch 4 recoge personas rescatadas por e MV Louise Michel

El Sea-Watch 4, el nuevo barco de operaciones de búsqueda y rescate que operan conjuntamente Sea-Watch y Médicos Sin Fronteras, llegó a aguas internacionales, frente a las costas de Libia, el 22 de agosto y las pocas horas hizo su primer rescate.

Entre el 22 y el 24 de agosto, 202 personas fueron rescatadas por el Sea-Watch 4 en tres operaciones independientes. Entre estas personas había un adolescente que tuvo que ser evacuado de urgencia a Lampedusa debido a graves quemaduras de segundo grado, causadas por la larga exposición a combustible mezclado con agua salada en el fondo del bote de goma del que fue rescatado.

Además, el sábado 29 de agosto, el Sea-Watch 4 recogió a otras 152 personas del barco Louise Michel, la embarcación financiada por Banksy, que había pedido auxilio tras rescatar a más de 219 personas y no podía navegar.

Hannah Wallace Bowman: personas rescatadas a bordo del Sea Watch 4 y en la enfermería del barco

Hassiba Hadj-Sahraqui, analista de asuntos humanitarios de MSF sobre la situación que se vive actualmente en el Mediterráneo central indica que la situación en el mar es terrible: «en los últimos once días hemos sido testigos de cómo los estados europeos condenan a las personas a ahogarse y bloquean las acciones para salvarlas. Más de 350 personas han muerto en el Mediterráneo central en 2020. Es difícil entender cómo se puede permitir que esto ocurra. Pero sucede».

Sostiene que este «es el resultado de políticas deliberadas para no salvar vidas» porque en los últimos meses, a pesar de recibir llamadas de socorro de botes neumáticos en sus propias regiones de búsqueda y rescate, «Malta e Italia han estado ignorando las llamadas de auxilio y retrasando los rescates en áreas del Mediterráneo que están bajo su responsabilidad».

Considera «increíble» que los estados estén dando instrucciones a buques mercantes y barcos de ONG para ayudar en los rescates y luego se nieguen a proporcionar un puerto seguro: «El fin de semana pasado (29-30 de agosto) Malta ordenó al Sea-Watch 4 que trasladara a las personas rescatadas por el Louise Michel. Las autoridades marítimas maltesas procedieron entonces a ignorar nuestras llamadas. Esto ocurre casi un mes después de que Malta ordenara al Etienne que rescatara a otro grupo de personas y posteriormente las dejara bloqueadas durante semanas».

El Sea-Watch 4, con sesenta metros de eslora, ha llevado a bordo a 353 personas. Con tanta gente en un espacio tan reducido, las tensiones aumentan: «Es fácil imaginarse lo complicado de la situación; especialmente cuando tratamos de implementar estrictos protocolos COVID-19 a bordo».

¿Qué pasó con Louise Michel?

Hassiba Hadj-Sahraqui explica que el viernes 28 de agosto, el Louise Michel vio un bote de goma lleno de gente, transportaba a 130 personas. Estas, que viajaban en una balsa que no estaba en condiciones para navegar, contaron a la tripulación que cuatro de sus compañeros se habían ahogado y la tripulación pudo recuperar un cuerpo. El Louise Michel, que tiene solo treinta metros de eslora, ya estaba repleto con 89 personas rescatadas previamente. Pero como seis horas después de que se avistara la balsa ningún estado había respondido, no tuvo más remedio que empezar a subir gente a bordo; incluso usó el bote salvavidas porque el barco estaba demasiado lleno para moverse. El sábado 29 de agosto, el Louise Michel emitió otra llamada de asistencia a la que respondió el Sea-Watch 4.

Finalmente, las autoridades italianas asistieron y trasladaron al puerto de Lampedusa a las 49 personas más vulnerables: niños y varias mujeres, incluidas las que estaban en estado más avanzado de gestación y personas con necesidades médicas. Las autoridades maltesas ordenaron al Sea-Watch 4 que subiera a bordo a las 152 personas que quedaban en el Louise Michel. Malta, sin embargo, no asignó un puerto seguro para desembarcar al grupo e ignoró las repetidas solicitudes de uno.

Un rescate solo se considera completo cuando las personas rescatadas desembarcan en un puerto seguro: «El domingo 23 de agosto, escribimos a las autoridades maltesas e italianas para solicitar uno, y copiamos a Alemania, ya que Sea-Watch 4 tiene bandera alemana. Repetimos continuamente nuestra solicitud; incluso después de que las autoridades maltesas nos pidieran transferir a las personas rescatadas del Louise Michel al Sea-Watch 4».

Todos los estados de la UE comparten la responsabilidad: «Los que miran para otro lado tampoco están ayudando a Italia y Malta, que están a la vanguardia. Italia, por ejemplo, se ha quedado prácticamente sola al responder a los cientos de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo que han llegado por su cuenta al puerto de Lampedusa en los últimos meses. Cuando hablamos de un puerto de seguro, debería ser el lugar seguro más cercano donde las autoridades evaluaran las necesidades de protección de las personas. Por eso, a pesar de la generosa oferta del puerto de Marsella, no podíamos viajar durante días para desembarcar allí. Lo que Francia y otros estados europeos pueden hacer es acercarse a Italia y ofrecerse a reubicar a las personas rescatadas».

Y concluye que «los estados europeos están jugando con la vida de los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo. Debe prevalecer el imperativo moral y legal de salvar vidas. Los países europeos deben desplegar una capacidad adecuada de búsqueda y rescate en el mar y responder a las llamadas de socorro. Estos crueles bloqueos en el mar deben terminar. Sin peros. Sin lanzarse la pelota de un estado a otro. Y es totalmente posible si los estados lideran las operaciones búsqueda y rescate y cooperan para poner en marcha un mecanismo predecible y sostenible de desembarco de las personas rescatadas en el puerto seguro más cercano».

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