
La diplomática israelí Dana Erlich, hasta ahora embajadora en Irlanda, ha asumido el cargo de jefa de misión en la Embajada de Israel en España, en un contexto de relaciones bilaterales marcadas por la tensión política y diplomática.
El nombramiento llega tras más de un año sin embajador titular en Madrid, desde que la anterior representante, Rodica Radian-Gordon, fuera llamada a consultas en mayo de 2024 después de que el Gobierno español reconociera oficialmente al Estado palestino.
Previamente, el Ministerio de Exteriores había pedido explicaciones a la embajadora israelí por la detención de activistas españoles en barcos de la Flotilla a Gaza, entre otros desencuentros
Erlich, con una trayectoria que incluye destinos como Londres e Irlanda y formación en Bellas Artes y Comunicación Política, ha expresado públicamente su satisfacción por la nueva responsabilidad.
En un mensaje publicado en la red social X (antes Twitter) afirma: «Con gran emoción, me incorporo a la embajada de Israel en España como jefa de misión. Acojo este desafío con la ilusión de seguir ampliando la amistad con los españoles a través del conocimiento mutuo y los nexos que nos unen».
En la imagen que aparece en el tuit, Dana Erlich muestra el emoji 🎗️, un lazo conmemorativo dorado utilizado en Israel para simbolizar la esperanza y solidaridad con diversas causas, incluyendo la liberación de rehenes y el apoyo a las fuerzas armadas en algunos contextos.
Durante su etapa en Irlanda, Erlich destacó por su estilo firme y directo, que incluyó momentos de confrontación con medios y autoridades irlandesas en torno a la política del Gobierno de Benjamín Netanyahu.
Su experiencia y dominio del español han sido resaltados por analistas como elementos que podrían facilitar un diálogo más fluido en España, aunque el contexto actual presenta desafíos considerables.
Reacciones iniciales
La primera respuesta pública en España ha llegado desde el ámbito mediático crítico con la política israelí. El periodista Javier F. Ferrero, vinculado a Spanish Revolution, ha recordado en redes sociales la política del actual Gobierno israelí en Gaza, sugiriendo que la llegada de Erlich no supone un cambio de fondo en la estrategia diplomática de Tel Aviv.
Añade Ferrero en interpelación directa a la diplomática israelí que «llega usted a un país donde miles de personas han salido a la calle a gritar ‘Free Palestine’, donde municipios han declarado personas non gratas a representantes de su Estado, donde el tejido social exige romper relaciones diplomáticas con quienes utilizan la diplomacia como escudo para el asesinato. Llega usted a un país donde su presencia será señalada, no celebrada».
Agrega que «el símbolo que lleva usted al pecho, el lazo amarillo, no es neutral: es parte de una campaña de propaganda diseñada para fingir humanidad mientras su gobierno bloquea alimentos, agua y medicinas a la población palestina»
Hasta el momento, no se han registrado declaraciones oficiales de representantes del Gobierno español ni de partidos políticos con representación parlamentaria sobre el nombramiento.
Tampoco se han producido valoraciones públicas de organizaciones sociales o sindicales de peso, si bien el contexto hace prever que las reacciones puedan llegar conforme la nueva jefa de misión comience su actividad.
Contexto bilateral
La designación de Erlich como jefa de misión, en lugar de embajadora, evita el trámite del plácet que requiere el visto bueno del Estado receptor y confirma que Israel mantiene un nivel de representación diplomática intermedio en Madrid.
Este gesto es interpretado por analistas como una forma de mantener abiertos los canales de comunicación sin renunciar a expresar su desacuerdo con las recientes posiciones de España en la cuestión palestina.
En un momento de gran sensibilidad internacional por el conflicto en Oriente Medio, la llegada de Dana Erlich abre una etapa cuyo desarrollo será seguido con atención por la comunidad diplomática, las organizaciones sociales y los actores políticos, especialmente por el impacto que pueda tener en la cooperación bilateral y en el clima de diálogo entre ambos Estados.