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Iniciativa de Amnistía Internacional España para liberar a cinco presos de conciencia en China

Activistas de la oenegé organizan falsas ceremonias de inauguración y entrega de medallas en España

Amnistía Internacional Madrid ha organizado este 30 de enero 2022 un simulacro de desfile inugural de las olimpiadas, donde cinco comitivas deportivas, conformadas por decenas de activistas, han marchado desde la Plaza Mayor, Plaza Jacinto Benavente, Red de San Luis, Callao y Metro Sevilla hacia la Puerta del Sol.

Diferentes performances en las plazas se han sucedido para denunciar la falta de libertad de expresión en China y recordar a los 5 casos que «abanderan» la censura en China. Finalmente, Álvaro Ros Penche, presidente de Amnistía Internacional Madrid ha leído un manifiesto para solicitar la liberación de los activistas encarcelados.

Desde la organización señalan que ya en 2008 el gobierno chino prometió que las Olimpiadas de verano de ese año irían acompañadas de avances en materia de derechos humanos. Pero esto no solo no fue así, sino que se la situación ha seguido empeorando desde entonces, y especialmente desde que Xi Jinping llegó a la presidencia en 2013.

«Con estos Juegos, las autoridades chinas buscan reforzar su condición de superpotencia y desviar la atención sobre la pésima situación de los derechos humanos en el país, tratando de lavar así su imagen internacional», defendió Ros Penche

«Con esta acción nos unimos a una iniciativa global que busca que ese espíritu olímpico de concordia llegue también a las víctimas de la represión, la vigilancia desproporcionada y los abusos que están llevando a cabo las autoridades chinas», afirmó Ros Penche

Esta iniciativa de Amnistía en Madrid se ha organizado en el marco de una campaña que se inició este 26 de enero 2022 con actos de denuncia en espacios públicos de catorce ciudades de España, entre ellas Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, León o Vitoria, en los que grupos de activistas de Amnistía simularán ceremonias de inauguración y entrega de medallas, mostrando visualmente esoos cinco casos de la represión que se vive en China cuando acoge este evento deportivo.

«Con estos Juegos, las autoridades chinas buscan reforzar su condición de superpotencia y desviar la atención sobre la pésima situación de los derechos humanos en el país, tratando de lavar así su imagen internacional. Pero ni los aros olímpicos pueden tapar el trágico historial de represión en este país», indica Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España.

«Los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín prometen ser un espectáculo deportivo memorable, pero su audiencia mundial no puede ignorar deliberadamente lo que ocurre en otras partes de China: hay abogados y activistas encarcelados por su trabajo pacífico; sobrevivientes de agresiones sexuales a quienes se castiga por denunciar; se estima que cada año se ejecuta a miles de personas; los grupos étnicos musulmanes son sometidos sistemáticamente a internamiento masivo, tortura y persecución», ha declarado Alkan Akad, investigador sobre China de Amnistía Internacional.

Amnistía Internacional no pide a las Federaciones ni a los y las deportistas que boicoteen estos Juegos ni ninguna otra competición deportiva, pero sí reclama que la comunidad internacional aproveche esta oportunidad para recordarle al gobierno chino la obligación de respetar los derechos humanos, en particular el de la libertad de expresión.

El papel del COI y la protección de los deportistas

El gobierno chino ofreció una serie de garantías en materia de derechos humanos antes de albergar los Juegos Olímpicos de Invierno, asegurando que respetaría la libertad de los medios de comunicación y los derechos laborales, abordaría la cuestión de los «desplazamientos» y garantizaría que habría verdaderas oportunidades de celebrar manifestaciones pacíficas durante el evento. Amnistía Internacional pide al Comité Olímpico Internacional (COI) que asegure que se cumplen esas garantías y dé a conocer públicamente sus políticas y prácticas en materia de derechos humanos antes y durante los Juegos.

La preocupación de la organización ha aumentado tras las recientes declaraciones de un alto cargo del departamento de Relaciones Internacionales de Pekín 2022, Yang Shu, quien advirtió que los participantes en las competiciones serán castigados «si su comportamiento o discurso está en contra del espíritu olímpico y las leyes chinas», según han recogido diversos medios.

Asimismo, la sección española de Amnistía solicita al Comité Olímpico Español (COE) que no solo proteja  el derecho de los deportistas que quieran expresar su compromiso con los derechos humanos, sino que además tome la iniciativa e informe a toda la delegación nacional de cuál es la situación de esos derechos humanos  en China.

Esta  desprotección de los deportistas ante el ejercicio de la libertad de expresión quedó en evidencia  en el caso de la tenista Peng Shuai, tres veces olímpica, quien a finales del pasado año denunció a un ex viceprimer ministro chino por abusos sexuales en una publicación en redes sociales que fue rápidamente censurada en China. Cuando se eliminó de Internet toda referencia a ella y desapareció de la vida pública, otros tenistas y la Asociación de Tenis Femenino expresaron sus temores sobre su suerte. Casi tres semanas después de que su publicación fuera censurada, la respuesta del COI fue organizar una videollamada con Peng para intentar disipar la preocupación sobre su bienestar y su paradero.

«El COI aceptó las garantías de que Peng Shuai se encontraba bien sin verificar si sufría alguna limitación de su libertad de expresión, circulación y derecho a la privacidad, corriendo con ello el peligro de encubrir posibles violaciones de los derechos humanos de la tenista», ha señalado Akad.

China presos de conciencia 26ENE2022

Los cinco casos que “abanderan” la censura en China

En los últimos años el gobierno chino ha reprimido cualquier voz contraria a sus políticas, ya sean periodistas, juristas, personas del mundo académico o pertenecientes a minorías étnicas y religiosas. Para ello, lleva a cabo un sistema de control y censura a gran escala, usando avanzadas técnicas de vigilancia así como bloqueando contenidos en miles de sitios web y redes sociales.

La aprobación en Honk Kong de una ambigua «Ley de Seguridad Nacional» y la mencionada desaparición durante días de la tenista Peng Shuai tras sus denuncias de agresión sexual suponen los últimos ejemplos de esta nueva vuelta de tuerca en sus mecanismos de represión.

Ante esto, durante la celebración de los Juegos, Amnistía Internacional pedirá de forma particular la liberación de cinco personas que considera “abanderadas” de está censura, pertenecientes a comunidades que han sufrido de forma especialmente dura la falta de libertad de expresión, y que han sido encarceladas o desaparecidas simplemente por expresarse pacíficamente.

Zhang Zhan: abogada que actuó como periodista ciudadana informando sobre la situación de la COVID-19 en Wuhan. Fue sentenciada a cuatro años de prisión, su vida se encuentra en riesgo, debido a que su condición de salud continúa deteriorándose a un ritmo dramático. Admitida en el hospital el pasado mes de julio en un estado de desnutrición avanzado, su peso actualmente es menos de cuarenta kilos. No obstante, Zhang permanece decidida a continuar con su huelga de hambre parcial como forma de mantener su inocencia y como protesta por su sentencia. Zhan se encuentra en riesgo de seguir sufriendo torturas y otros malos tratos por las autoridades chinas, especialmente si continúa con la huelga de hambre.

Ilham Tohti: académico de la minoría uigur, fue encarcelado por escribir sobre criterios constructivos para superar el trato desigual entre los grupos étnicos en China. Profesor de economía en la Universidad, fundador del sitio web «Uighur Online» y un conocido crítico de las políticas étnicas y religiosas de China, Ilham Tohti, fue condenado a cadena perpetua en 2014. Permaneció incomunicado durante más de cinco meses. Su defensa jurídica y su esposa han comunicado que Ilham ha sido obligado a llevar grilletes en los pies, se le ha negado la comida durante diez días y siente un dolor en el abdomen derecho. A Ilhman no se le ha efectuado un reconocimiento médico y no está recibiendo ningún tratamiento. La esposa de Ilham Tohti, Guzelnur, está constantemente bajo vigilancia y, en determinados momentos, no se le ha permitido salir de casa.

Rinchen Tsultrim: monje tibetano condenado por expresar sus opiniones políticas sobre su cuenta de WeChat y su sitio web personal. En marzo de 2020 fue sentenciado a cuatro años y seis meses de prisión sin un juicio justo. Su familia se enteró de la sentencia un año después cuando se les informó oficialmente que estaba recluido en una prisión anónima en Chengdu, provincia de Sichuan. Hasta la fecha no se ha compartido ninguna otra información sobre su estado ni sobre los cargos por los que fue sentenciado. Sin acceso a su familia y representación legal, existe una gran preocupación por el estado y bienestar de Rinchen.

Li Qiaochu: defensora de derechos humanos detenida por publicar sobre la tortura y malos tratos dentro del Centro de Detención del condado de Linshu. La prominente defensora, particularmente del derecho de las mujeres, fue detenida por la policía el pasado 6 de febrero de 2021, poco antes del Año Nuevo Lunar. Según un aviso de detención, podría estar enfrentando cargos relacionados con la subversión. Se sospecha que la detención de Li está relacionada con sus esfuerzos por dar a conocer la tortura y los malos tratos en el Centro de Detención del condado de Linshu. Detenida en régimen de incomunicación durante un mes, existe la preocupación de que Li corra peligro de sufrir tortura u otros malos tratos, ya que no tiene acceso a su familia ni a asistencia legal de su elección.

Gao Zhisheng: abogado defensor de derechos humanos desaparecido desde agosto de 2017. Gao está sujeto a desaparición forzada y puede correr un alto riesgo de tortura y de muerte. No se conoce información sobre su paradero desde que se lo llevaron de su casa en la ciudad de Yulin, al noroeste de China. Gao ha compartido su experiencia de sufrir torturas repetidamente al encontrarse bajo custodia de las autoridades chinas como resultado de su trabajo de defensa de derechos. Por este motivo existe una alta preocupación de que Gao esté siendo torturado, recibiendo malos tratos o incluso existe riesgo de muerte.

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