El que se define como el Museo de Ajedrez más grande de toda Europa abrió el pasado 1 de diciembre en la localidad austriaca de Klagenfurt, con cierto retraso respecto a la fecha inicialmente anunciada del mes de agosto.
En sus instalaciones hay más de 3200 juegos provenientes de 130 países. Los tableros y piezas están realizados en diferentes materiales: madera, cerámica, porcelana, marfil, oro blanco e incluso con tornillos y latas.
El más valioso es uno proveniente de Sudán, de marfil, de 1820, que tiene un precio de 60.000 euros y que se encuentra en la llamada Cámara de los Secretos.
Entre las curiosidades, el tablero de ajedrez más pequeño del mundo con solo un centímetro cuadrado y piezas de ajedrez, que muestran las posiciones del libro erótico del Kamasutra y que pueden protegerse de los ojos de los niños con un cojín.
La organización museística se divide por continentes además de un espacio para niños, otro para tableros electrónicos y la llamada Cámara de los Secretos que alberga las piezas y tableros más valiosos.
La gran mayoría de tableros y piezas, además de relojes y libros, provienen del alcalde húngaro de la localidad de Dravapiski, Zoltán Mali, quien en su juventud jugó en un club a nivel local y que, por circunstancias familiares, desde su abuelo, contaba con una amplia colección ajedrecística, además de haber recibido diferentes donaciones.
Por este motivo, se denomina Museo de Ajedrez Mali de Klagenfurt. Está ubicado en una antigua tienda de comestibles, en la intersección de Waidmannsdorfer Straße, 162 y Südring la zona céntrica de la localidad, cerca de varias escuelas.
Cuenta con una instalación de ochocientos metros cuadrados que incluye, además del Museo, una tienda de recuerdos de sesenta metros cuadrados y un café, llamado Frida, donde se elaboran deliciosos postres relacionados con los 64 escaques.
En el Museo hay previsto organizar cursos de ajedrez para niños y jóvenes dentro de una oferta educativa del centro, impartidos por el maestro internacional, Robert Kreisl. De hecho, la demanda para los escolares de la zona se ha quintuplicado. El pasado 16 de diciembre se llevó a cabo un torneo en Klagenfurt.
La directora del museo, Melanie Auguszt, quiere revitalizar todo lo relacionado con el más que milenario juego: «Nuestros bisabuelos jugaban al ajedrez. Los jóvenes deberían aprender a pensar lógicamente», explica.
La idea es replicar el modelo de este museo a otros países, ya tienen avanzado otro en Hungría, en concreto en la localidad de Siklós, de unos diez mil vecinos, que se encuentra limítrofe con la frontera de Croacia. Posteriormente su objetivo es Dubai.
Otro proyecto es instalar cerca la pieza de ajedrez más grande del mundo, que supere las del Museo de Ajedrez de San Luis y la francesa de Sautron.
El horario es de martes a domingos de 9.00 a 20:00 horas, excepto los lunes. Su página web, además del alemán, se encuentra en húngaro, francés y está previsto también en inglés e italiano pero, de momento, no en español.
Klagenfurt, de poco más de cien mil habitantes –hasta 2008 denominada Klagenfurt am Worthersee- se ubica en la región de Carintia, cercana a Eslovenia.
Se da la circunstancia que el mejor ajedrecista austriaco es natural de la localidad, Markus Ragger, de 34 años, quien apoya totalmente la labor del Museo. Cuenta con 2700 puntos Elo y ha ganado tres veces el campeonato austriaco (2008 a 2010). Ha sido el maestro internacional más joven de Austria y el único de su país en superar los 2600 puntos Elo (el ranking más alto obtenido fue de 2703). Es gran maestro desde 2008 participando en siete Olimpiadas de Ajedrez.