La huelga general en Portugal este jueves 11 de noviembre ha tenido ″un seguimiento masivo” para los sindicatos convocantes, CGTP y UGT, cifrándolo en cerca del 90 por ciento y más de tres millones de trabajadores. Se trata de una protesta marcada por movilizaciones en la calle contra la revisión de la legislación laboral por parte del Gobierno conservador.

El paro fue seguido mayoritariamente en los sectores de transporte, enseñanza, hospitales y resto de servicios públicos.

La protesta contra la reforma laboral del Gobierno unió a las centrales sindicales CGTP y UGT, por primera vez en doce años (no ocurría desde la huelga conjunta del 27 de junio de 2013). Es la quinta ocasión en la que ambas coincidían en una protesta de este tipo.

El proyecto de reforma laboral presentado por el Ejecutivo, y actualmente en debate en la concertación social, ha motivado la convocatoria de esta undécima huelga general en Portugal en más de medio siglo de democracia.

Manifestación por las calles de Braga.

En el sector público el seguimiento fue mayoritario, en el transporte, los trenes estaban vacíos (75% de seguimiento), los buques y los autobuses de Carris en Lisboa funcionaron con servicios mínimos durante la jornada de huelga (hubo incidentes en Lisboa y Oporto), mientras que el Metropolitano de Lisboa no prestó servicio desde la pasada medianoche.

En el transporte aéreo, el aeropuerto de Lisboa se suspendieron seis vuelos con Brasil, la línea TAP canceló dos tercios de sus 250 vuelos habituales.

En el ámbito sanitario, los servicios mínimos cubrirán las urgencias, la quimioterapia, los cuidados paliativos y curas.

La enseñanza estuvo paralizada totalmente así como los juzgados, oficinas de Hacienda, servicios de la Seguridad Social y servicios municipales, incluida la recogida de basuras, además de otros servicios públicos, muchos centros educativos ya habían avisado a las familias de que podrían permanecer cerrados no solo el jueves, sino también el viernes.

Y es que algunos sindicatos de la función pública convocaron un nuevo paro un día después, el viernes 12, de la huelga general, lo que provocará nuevas alteraciones en el funcionamiento de la Administración.

Además, el Sindicato Democrático de Enfermeros de Portugal (Sindepor) convocó la huelga nacional de enfermeros para el viernes 12, entre las 8:00 y las 24 horas. El sindicato protesta contra la reforma laboral y reclama avances en la negociación del convenio colectivo, estancada desde hace meses.

A esta convocatoria se suma el Sindicato Independiente de Trabajadores de los Organismos Públicos y de Apoyo Social (Sitopas), que ha llamado a la huelga el viernes 12, a los trabajadores de la Administración Pública central, regional y local que se encuentren en carreras general, especial o subsistente.

La CGTP convocó diversas acciones en todos los distritos del país, de norte a sur, así como en las regiones autónomas de Azores y Madeira.
Las protestas incluyeron concentraciones, manifestaciones (como en la plaza del Rossio de Lisboa) y piquetes de huelga. La UGT acompañó la movilización en varios de esos piquetes.

Los sindicatos consideran que la reforma actualmente en discusión supone un debilitamiento de protecciones laborales fundamentales, desde las normas sobre despido hasta la recuperación del banco de horas individual.

Reacciones

Según denunció el secretario general de la CGTP, Tiago Oliveira, las reformas se encuentran entre los mayores ataques al mundo laboral y la acción del Gobierno ″normalizará la precariedad laboral y facilitará los despidos”.

«¿Quién estaba en el Gobierno en 2012? Son exactamente los mismos protagonistas que hoy impulsan esta revisión de la legislación laboral. Cambia el argumento, pero el objetivo es el mismo. Exactamente lo mismo: quitar derechos, aumentar la precariedad, desregular la jornada laboral, atacar el derecho de huelga y facilitar los despidos. Está todo dicho”, sostuvo.

El líder parlamentario del PS, Eurico Brilhante Dias, declaró que fue ″un gran éxito” siendo una ″derrota del Gobierno” y el portavoz del partido Livre, Rui Tavares señaló que con esta huelga general ″el Gobierno ha sufrido su primera gran derrota”.

En Portugal de una población activa laboral de unos cinco millones, aproximadamente 1,3 millones, se encuentran en situaciones precarias, mientras la tasa de desempleo alcanza a unas 325.000 personas.

El Ejecutivo, por su parte, citó las cifras de paro en un diez por ciento.

Asimismo, ha reiterado que «no está dispuesto a retirar toda la propuesta», que contempla mas de cien medidas, y que pretende mantener sus «pilares fundamentales», aunque se muestra abierto al diálogo.

La ministra de Trabajo, Rosário Palma Ramalho, ya ha advertido de que no prolongará las negociaciones en el diálogo social y que, con o sin acuerdo, los cambios deberán debatirse y votarse en el Parlamento.

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