Los cineastas iranies Maryam Moghaddam y Behtash Sanaeeha, realizadores de My Favourite Cake [«Mi pastel preferido»], presentada en el Festival Internacional de Berlín el jueves 15 de febrero de 2024, no han podido acudir a la capital alemana porque las autoridades han impedido su salida de Irán.
En 2021 sí asistieron a la presentación de su anterior película, «El perdón» , que está prohibida en Irán, pero ahora «no pueden viajar», ha dicho el codirector de la Berlinale, Carlo Chatrian, qjuien recuerda «que no siempre es fácil hacer películas».
Con mucho éxito en los certámenes internacionales, el cine iraní sigue estando sometido al control estrecho de las autoridades y sus celebrados realizadores son víctimas de la represión.
A Maryam Moghaddam, de 54 años, y Behtash Sanaeeha, de 43, les han «confiscado los pasaportes», impidiéndoles viajar, y están «perseguidos judicialmente por su trabajo de artistas y cineastas», según el portavoz de la Berlinale.
En declaraciones por videoconferencia a la Agencia France-Presse, Behtash Sanaeeha ha dicho que las fueras de orden «entraron en casa de nuestro productor y se llevaron todos los discos duros y los ordenadores del proyecto (…) Después, cuando quisimos salir de Teherán hacia París, para terminar la postproducción, nos quitaron los pasaportes en el aeropuerto».
La película que se ha proyectado en Berlín y compite por el Oso de Oro, cuenta la historia de Mahin, una viuda de setenta años que cocina para sus amigas, cuya hija ha emigrado y que en un restaurante conoce a un taxista jubilado. En su casa, y escondiéndose de los vecinos, ponen discos, bailan y beben vino de contrabando.
Para la otra realizadora, Maryam Moghaddam, «es la historia de una mujer que quiere tener una vida normal, lo que está prohibido a las mujeres en Irán (…) beber alcohol, bailar o encontrar pareja son cosas que ocurren en Irán pero en el interior, detrás de los muros, porque está prohibido en el exterior. Nosotros hemos querido mostrar esta realidad».
La película se estaba gestando cuando, en 2022, se produjo el movimiento de denuncia por el asesinato en una comisaría de la joven kurda Mahsa Amini, detenida por la policía de la moral por no llevar el velo correctamente.