«Historia de un vecindario» de Yasujiro Ozu

Reestreno setenta años después de una obra maestra de la cinematografía

En este 12 de diciembre de 2023, cuando se cumplían 120 años del nacimiento y 60 de la muerte de Yasujiro Ozu, considerado el maestro del cine japonés y un monumento de la historia del cine mundial, llega a las pantallas españolas, en su versión restaurada en 4K, la película «Historia de un vecindario» («Nagaya shinshiroku»), rodada en 1947, que este año ha podido verse en los festivales de Cannes (Cannes Classics) y San Sebastián.

En el Tokio de la inmediata posguerra, cuando está por construir, un niño perdido anda errante por las calles de uno de los barrios desheredados de la capital japonesa, donde nadie quiere ocuparse del pequeño, ni siquiera durante una noche.

Tras un sorteo, el niño queda en manos de Tane, una viuda de carácter agrio, a la que nunca le han gustado los niños. Al día siguiente, la mujer lleva al chico a su barrio y allí averigua que el padre se ha marchado de Tokio abandonándole. Tane intenta desembarazarse del muchacho pero poco a poco acaba por cogerle cariño

La película «Historia de un vecindario», obra maestra indiscutible, fábula de una época que mezcla poesía y cinismo, egoísmo y ternura con momentos cómicos, es uno de los títulos emblemáticos de Yasujiro Ozu, director de películas tan importantes como «Cuentos de Tokio», «Primavera tardía», «Crepúsculo en Tokio» o «He nacido, pero…».

Está protagonizada por Choko Lida («El hijo único»), Hôhi Aoki («Una gallina en el viento»), Chishû Ryû («El colegio es un lugar agradable»), Mitsuko Yoshikawa («Hermanos y hermanas de la familia toda») y («Los amantes crucificados«), entre otros.

En «Historia de un vecindario[1]» encontramos los temas que se repiten en el cine de Ozu, como la desintegración de la familia, la reconstrucción del país tras la guerra y la penetración de la influencia cultural estadounidense.

Considerado uno de los mejores cineastas de todos los tiempos, el trabajo de Yasujiro Ozu no se conoció realmente en occidente hasta la década de los años sesenta. Su cine fue mudo hasta 1935 y en blanco y negro hasta 1958.

En 1961, el Festival de Cine de Berlín le dedicó una retrospectiva y a partir de entonces empezó a ser objeto de atención mundial. Rodó 53 películas, veintiséis de ellas en sus primeros cinco años como realizador.

Enviado a Singapur, entonces ocupado por Japón, para hacer un documental sobre la independencia de India, Ozu aprovechó para recorrer las salas oscuras y descubrir las películas americanas, entonces prohibidas en su país, desarrollando una pasión especial por John Ford y Orson Welles: «Ciudadano Kane» sería su película favorita para siempre.

Prisionero en un campo británico cerca de Singapur, no regresó a Japón hasta 1946, e inmediatamente se dispuso a realizar la ligera, divertida y corta (setenta minutos) «Historia de un vecindario», una crónica ciertamente utópica pero marcada por el contexto social y político del Japón de la posguerra y la ocupación estadounidense.

La mayor parte de las películas de Ozu pertenecen al género del drama popular, con la familia en el centro casi obsesivo, siempre amenazada con estallar en su interior. Nunca se casó y murió a los sesenta años, pero son muchos los directores –como Jim Jarmusch, Win Wenders, Claire Denis, Aki Kaurismaki y Hou Hsiao-hsien– que al día de hoy siguen reconociendo su influencia.

En su magnífico documental «Tokyo-Ga», rodado en 1985, Win Wenders comenta: «Os hablo de las películas más bellas del mundo. Os hablo de lo que considero el paraíso perdido del cine. A quienes ya le conocen y a los afortunados que van a descubrirle ahora, os hablo del cineasta Yasujiro Ozu. Si nuestro siglo reserva todavía un lugar para lo sagrado, si debiera construir un santuario del cine yo, por mi parte, pondría en él la obra del realizador japonés Yasujiro Ozu. Las películas de Ozu hablan del largo declive de la familia japonesa y, por consiguiente, del declive de una identidad nacional. Lo hacen sin denunciar ni despreciar el progreso y la aparición de la cultura occidental o estadounidense, pero lamentando con una nostalgia distanciada la pérdida que se produce simultáneamente. Por eso, por japoneses que sean, sus películas pueden pretender ser comprendidos universalmente. En ellos podéis reconocer a todas las familias de todos los países del mundo, a vuestros padres, vuestros hermanos y hermanas y a vosotros mismos. Para mi, el cine nunca estuvo tan cerca de propia esencia, de su belleza última y de su propia determinación, e incluso de dar una imagen útil y verdadera del siglo veinte».

  1. «Historia de un vecindario» puede verse desde el 12 de diciembre de 2023, en los Cines Verdi de Madrid.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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