Greta Thunberg, la joven activista sueca que hace un par de años atrajo la atención mundial con su campaña de los viernes sin escuela a favor de salvar el planeta, ha reaparecido el 23 de abril de 2021 en el Congreso estadounidense con ocasión del Día de la Tierra, para alertar sobre «las desastrosas consecuencias que pueden tener las subvenciones concedidas por Estados Unidos a la industria de los combustibles fósiles».
Greta Thunberg, quien en el tiempo transcurrido ha cumplido dieciocho años y por tanto ya es mayor de edad, ha subrayado que el hecho de que esas subvenciones sigan existiendo «es la prueba evidente de que no hemos entendido del todo la urgencia climática».
Greta, después de dirigirse hace dos años a las Naciones Unidas en una sesión de su Asamblea General, ha declarado ahora que el mundo «va muy retrasado en lo que se debe hacer para evitar una crisis climática. Es una vergüenza el hecho de que sigamos hablando de esto y, aun más, que con el dinero de los contribuyentes se sigan subvencionando, directa o indirectamente, los combustibles fósiles».
Para la joven activista no es suficiente que el presidente Joe Biden, en el marco de su plan de relanzamiento económico, haya propuesto acabar con las subvenciones y aumentar los impuestos a las industrias contaminantes. No solo porque choca con el lobby de los combustibles fósiles, con todos los republicanos y con una parte de los demócratas del Congreso, sino porque esas propuestas no son suficientes para evitar la crisis climática: «Si comparan las políticas actuales con los mejores datos científicos existentes verán la diferencia que existe. Cada segundo crece la diferencia entre lo que hacemos y lo que hay que hacer realmente para quedar por debajo del objetivo de 1,5 grados».
Greta Thunberg, quien en su anterior periplo mundial se convirtió en el flagelo de los gobernantes, arrojándoles a la cara sus fracasos en materia medioambiental, no ha mejorado en sus expectativas y ha declarado que tiene muy poca esperanza en que el Congreso estadounidense actúe sobre el clima: «Para ser honesta, no creo ni por un segundo que ustedes actuarán. La crisis climática ha desaparecido del debate público de hoy. Ustedes seguirán contribuyendo a la destrucción de las condiciones de vida actuales y futuras (…) Antes o después la gente se dará cuenta de lo que han hecho (…) nosotros, los jóvenes, que escribiremos sobre ustedes en los libros de historia, decidiremos cómo hay que recordarles. Les aconsejo que hagan una opción juiciosa».