Después del ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, el país respondió con una guerra en Gaza que incluyó bombardeos, tiroteos y bloqueos, sin ninguna expectativa de alcanzar la paz con los palestinos, escribe Joseph Chamie[1] desde Portland (EEUU).
Aún es incierto qué busca lograr el gobierno israelí o cuál es su plan para la etapa posterior de este continuo conflicto. Pese a que los líderes prometieron mantener el control de seguridad en Gaza después de la guerra, no han especificado cual sería el implicado.
Un exministro israelí de Defensa declaró que el gobierno, apoyado por políticos de extrema derecha, pretende ocupar, anexar y llevar a cabo una limpieza étnica en Gaza además de construir asentamientos israelíes en la región. Este exfuncionario acusó al gobierno de cometer crímenes de guerra y de llevar a cabo actos de desplazamiento forzado.
Algunos ministros y legisladores de ultraderecha han afirmado que el control militar sobre Gaza debe servir como base para el establecimiento de nuevos asentamientos judíos. Asimismo, han pedido que los residentes árabes abandonen Gaza para permitir la colonización de la franja costera por parte de ciudadanos israelíes.
La Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de arresto contra el primer ministro de Israel y a su exjefe de defensa por presuntos crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en el conflicto de Gaza.
Según los jueces del CPI, existen fundamentos razonables para creer que estos dos funcionarios israelíes son responsables de actos como asesinatos, persecuciones y el uso de la hambruna como arma de guerra en el marco de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil palestina.
Además, la organización Amnistía Internacional publicó recientemente un informe histórico en el que concluye, basándose en pruebas recopiladas, que Israel ha cometido y continúa cometiendo un genocidio contra los palestinos en Gaza.
El informe detalla que tras los ataques liderados por Hamás el 7 de octubre de 2023, Israel desató un «infierno de destrucción» sobre Gaza, actuando de manera descarada, constante y con total impunidad, además de obstaculizar la llegada de ayuda humanitaria a la población palestina.
Amnistía Internacional señaló que, mes tras mes, Israel ha tratado a los palestinos como un grupo infrahumano, indignos de derechos y dignidad.
Las acciones de Israel, las decisiones de la CPI y el reciente informe de Amnistía Internacional están generando graves problemas políticos y movilizaciones en todo el mundo. Han tenido lugar protestas y manifestaciones progresistas en contra de las acciones de Israel, consideradas responsables de un desastre humanitario en Gaza, en numerosos países y regiones.
Se han presentado diversas propuestas de paz para resolver el prolongado conflicto entre israelíes y palestinos.
La propuesta respaldada por la mayoría de los gobiernos, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales es la solución de dos estados, que propone establecer un estado independiente para los palestinos junto al de Israel, con ambos países coexistiendo pacíficamente dentro de fronteras reconocidas y con seguridad garantizada para ambas naciones.
La solución de dos estados ha sido el objetivo de la comunidad internacional durante décadas, remontándose al Plan de Partición de las Naciones Unidas de 1947. Muchos países, como China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, consideran que la creación de un estado palestino con garantías de seguridad para Israel es la única forma de lograr la paz y la estabilidad en Oriente Medio.
En una nueva resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU el 3 de diciembre, con 157 votos a favor y ocho en contra, se expresó un «apoyo inquebrantable de conformidad con el derecho internacional a la solución de dos estados para Israel y Palestina».
La resolución instó a Israel a retirarse de los territorios palestinos ocupados y abogó por la creación de un estado palestino, convocando una conferencia internacional en junio para reactivar la propuesta de dos estados.
Aunque no es miembro de la ONU, el Estado de Palestina ha sido reconocido oficialmente como soberano por 146 países, lo que representa 75 por ciento de los estados miembros de la ONU y cerca de 90 por ciento de la población mundial.
El gobierno israelí, así como el parlamento Knéset, han rechazado la solución de dos estados. Sin embargo, no ha presentado una alternativa para resolver el conflicto con los palestinos.
Israel ha declarado que no cederá el control total de su seguridad en el territorio al oeste del Jordán. A pesar de la decisión de la CPI que exige al país poner fin a la ocupación y desmantelar los asentamientos ilegales, el gobierno continúa expandiendo los asentamientos israelíes y manteniendo políticas de apartheid en los territorios palestinos ocupados.
Algunos expertos consideran que la solución de dos estados ya no es viable debido a la realidad actual.
Aproximadamente 750.000 israelíes, es decir, diez por ciento de la población judía de Israel, residen actualmente en asentamientos en Jerusalén Este y Cisjordania. Estas dinámicas demográficas han llevado a algunos a concluir que la opción factible es una solución de un solo estado.
La solución de un estado único, con una población total de aproximadamente 15,5 millones, garantizaría derechos iguales para todos sus ciudadanos, sin importar su afiliación religiosa. Este modelo sería similar a otras democracias donde todos los ciudadanos tienen igualdad de derechos y oportunidades.
Sin embargo, Israel rechaza esta solución, ya que considera que un único estado con igualdad de derechos para todos socavaría el carácter judío del país. Mientras que la proporción actual de judíos es de 77 por ciento, en un estado unificado esta cifra se reduciría a 50 por ciento.
Otras propuestas para resolver el conflicto incluyen: una confederación entre Israel, Jordania y Palestina, una federación de pequeñas provincias palestinas o cantones, un modelo de autonomía ampliada para los palestinos y la creación de un Gran Israel judío.
Muchos israelíes de la extrema derecha religiosa buscan establecer un Gran Israel judío, que incluiría los territorios palestinos ocupados y tendría una mayoría judía significativa. No obstante, debido a la demografía actual, este modelo implicaría la salida, expulsión o traslado de un gran número de la población no judía residente en los territorios palestinos ocupados.
Las graves consecuencias humanas de la guerra entre Israel y Gaza continúan aumentando y se actualizan regularmente. Las cifras actuales de muertes, heridos, desplazamientos y destrucción ofrecen un claro panorama del impacto de los conflictos en las víctimas, las condiciones de vida y el bienestar de las poblaciones en Gaza, Israel, Líbano y otras regiones.
Durante el período del 7 de octubre de 2023 al 7 de diciembre de 2024 y estimando que la cifra real de mortalidad es mucho mayor, el número total de muertes reportadas entre israelíes, libaneses, palestinos y otros es de aproximadamente 52.000.
De las muertes reportadas, el 88 por ciento corresponde a palestinos, siendo mujeres y niños cerca del 70 por ciento de las víctimas. Les siguen los libaneses con un 8 por ciento, los israelíes con un 3 por ciento y otros, como periodistas y trabajadores de medios, con un uno por ciento.
De manera similar, se reportaron aproximadamente 140.000 heridos, aunque la cifra real podría ser considerablemente mayor. De los heridos, 81 por ciento corresponde a palestinos, muchos de ellos niños, los libaneses representan 12 por ciento, los israelíes 6 por ciento y otros uno por ciento.
La guerra también ha desplazado a más de tres millones de personas. De esos desplazados, 60 por ciento son palestinos, seguidos por libaneses (38 por ciento) e israelíes (3 por ciento).
Además, los bombardeos israelíes han dañado o destruido cerca de dos tercios de los edificios en Gaza, mientras 38 por ciento de los edificios han sido destruidos en aldeas del sur del Líbano y numerosos edificios en Beirut y Baalbek. Por otro lado, los ataques con cohetes de Hezbolá en el norte de Israel han afectado a unos 9000 edificios y 350 terrenos agrícolas.
En resumen, los conflictos en Gaza, Líbano e Israel durante los últimos catorcre meses han causado un gran número de muertes, heridos y desplazamientos, así como una extensa destrucción de infraestructuras, afectando especialmente a la población palestina de Gaza, donde este mes de diciembre se llegó a la cifra de 45.000 muertes.
Las decisiones de la CPI y los hallazgos de Amnistía Internacional sobre crímenes de guerra y genocidio constituyen una acusación contundente contra las acciones militares de Israel. Rechazar estas conclusiones no disminuirá la gravedad de dichas acusaciones.
Para alcanzar una paz duradera con los palestinos, Israel debe ir más allá de rechazar las propuestas de paz y presentar un plan concreto que ofrezca una solución viable al conflicto. De lo contrario, la falta de un plan justo y equitativo seguirá alimentando futuros conflictos con más muertes, heridos, desplazamientos y destrucción.
- Joseph Chamie es demógrafo consultor, exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población, incluido su libro más reciente: «Niveles de población, tendencias y diferenciales».
- Artículo difundido por IPS