La semana pasada se celebró la cumbre de la OTAN en Madrid y las declaraciones de Boris Johnson todavía resuenan en mi memoria: “Después de la cumbre, la OTAN sale más fortalecida”.
En 2008 los mandatarios decían que los mercados tenían que estar tranquilos, ahora que la OTAN tiene que estar fuerte. Desde el poder económico y los poderes fácticos se personalizan los dineros y las armas, los unos no han de sufrir estrés y las otras han de estar robustas.
Mientras a las personas las protege la caridad en las colas del hambre y el covid, el cual sí que está híperactivo dado que es libre como el viento, capaz de conquistar por narices a cualquiera que no lleve mascarilla en interiores, aglomeraciones y demás espacios compartidos susceptibles de estar rebosantes de este virus. Un bicho que sigue vivito y coleando en todas las estaciones del año sin excepción, aunque nos digan que esto es una gripecilla, que un catarrito, que si fuera las mascarillas, mientras van muriendo y muriendo personas y otras se quedan con long covid.
¿Qué le importa más al poder, la salud de las personas o el negocio de unos cuantos?
Las urgencias de los hospitales de Madrid están colapsadas, cierran espacios por vacaciones, el personal sanitario que se queda está a saturado, medicado por ansiedad y estrés muchos de ellos.
Contraten a más personal que el virus no se coge vacaciones, es más, va a aprovechar los contactos multitudinarios para montarse su propia fiesta… a ver qué variante sale de las que se avecinan…
SÁLVESE QUIEN PUEDA
A quienes nos han venido mintiendo ola tras ola les digo:
No se molesten en inventar nada más ¡no me creo un higo!
Que a la OTAN y al covid están fortaleciendo y al paso que van…
por propia prevención, las mascarillas nos acompañarán
hasta el día del juicio final.