Adrián Godar Calvar

En junio 2020 se cumplieron treinta años de la ‘Operación Nécora’, uno de los mayores golpes al narcotráfico en España, asentando las bases de la lucha antidroga en Galicia como uno de los principales centros de esta práctica ilegal.

La década de los años noventa trajo en sus inicios una ‘purga’ en cuanto al narcotráfico se refiere.

‘La Operación Nécora’ instruida por el juez Baltasar Garzón de la Audiencia Nacional y Andrés Zaragoza como fiscal antidroga, traspasó fronteras. Buena parte de los medios internacionales se hicieron eco del juicio que tenía en las figuras de Laureano Oubiña y Manuel Charlín sus mayores exponentes.

La operación se desarrolló a tres bandas: en primer lugar, el cartel de Medellín (muy vigilado por Estados Unidos en ese momento) enviaba la droga. A ello se unían Villagarcía de Arosa (Pontevedra) como punto de entrada en Europa, y Sicilia, donde se redistribuía mayoritariamente el hachís y la cocaína. Se estimó que en todo el entramado estaban implicadas 45 personas, de las cuáles treinta fueron condenados en el año 2004.

La lucha no sólo fue judicial, sino popular. La población de Villagarcía lideró manifestaciones en contra de sustancias ilegales y personajes como Pastor Alonso (exalcalde de Noia), Sito Vázquez (exalcalde de Vilanova) y Felipe Suárez (experiodista de Radio Arosa) participaron activamente en la lucha para mitigar los efectos de los narcóticos en la sociedad española. Precisamente, este último, autor del libro La Operación Nécora +, sostiene años después que «’los condenados deberían haber sido más».

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