Tras el gozo íntimo sentido en esta edición del Festival de Jerez por obra y gracia de María José Franco, en la sala Compañía se repitió el milagro con Las tres orillas, estreno absoluto en concierto con la guitarra protagonista de Manuel Valencia, el cante de David Carpio y el baile de Antonio Molina El Choro, de este flamenco genuino, puro, emocionante, bellísimo, del que hace historia, del que nació para hacer historia. Es un trabajo que se está construyendo con amor, inicio de una trilogía que seguiremos viendo crecer con amor.
Entre cuatro paredes
A tres orillas navego
Donde el alma me lleve
Paisajes de locura y sueño
Fue un concierto con nombre propio, como debe ser y debería ser siempre. Por soleá, La puerta del tiempo; primer zapateado de El Choro por El árbol de las palabras; granaína más cantiñas, En una gota de agua, qué despertar de emociones ante tanta belleza. Por bulerías, Rentoy, y para poner un fin de concierto de los que traspasan todos los sentidos, un martinete que clavó en el alma David Carpio, rodeado de silencio, En la puerta de la fragua y ya para hacer llorar, reír, vivir en lo más hondo de la entraña, la siguirilla De la raíz.
Con la percusión de Carlos Merino y las palmas de Javier Peña y Diego Valencia. Todos a una hicieron historia por bulerías.
No hay palabras para describir los sentimientos profundos que transmite un grupo de guitarra, cante, baile, compás y percusión de sus propios sentimientos, que ‘nacen de la necesidad de plasmar de forma introspectiva la transformación musical y artística que sucede dentro de uno mismo’.
Que nunca cambie, este flamenco puro, que nace del alma, que por eso se ha hecho grande.