Festival de Jerez: ¡Qué grande es el flamenco!

María José Franco ha vuelto a la escena tras muchos años dedicada exclusivamente a la docencia y lo ha hecho a lo grande, con su espectáculo Bailar para ser en la sede de los grandes espectáculos de baile, el teatro Villamarta de Jerez.

Ha sido el gran espectáculo jerezano de esta edición del festival, candidato a llevarse el premio del público. Su baile exquisito, lleno de jondura, de elegancia, de recuerdos de su vida, de conocimiento de siempre y de ahora mismo, puesto en valor por sus cantaores, Luis Moneo, David Barrul y May Fernández, las guitarras de Javier Ibáñez y Juan Manuel Moneo, las palmas de Roberto Jaén y Diego Montoya y la guinda puesta por el lebrijano pianista y compositor de rango internacional David Peña Dorantes. Todo se queda en casa, entre Jerez, Lebrija y Cádiz, pura historia del flamenco.

Una primera parte de memoria histórica, de patio de vecinos, ventas o tablaos, todo un reto para la maestra de baile y bailaora. Dicen que como mejor se aprende es enseñando, pero ya le hacía falta vivir bailando a María José Franco toda su historia. Por todos sus palos, por alegrías, por soleá, bulerías y la emocionante seguiriya, con mantón volando y bailando con ella, todo genuino, sin añadidos, fusiones ni integraciones ni nada que no sea el flamenco que tan famoso ha hecho a Jerez y alrededores.

Una puesta en valor de lo de siempre, de lo que ha hecho al flamenco universal, por su lenguaje que traspasa fronteras, que despierta emociones aquí, en América y en Asia y a la vista están todas las patrias flamencas asentadas en otras geografías, que lo están por este flamenco, por este baile, cante y alma de guitarras.

María José Franco, un Luis Moneo pura alma flamenca, un Dorantes que ha hecho del piano un instrumento flamenco por excelencia y todos los demás, gritaron al mundo en esa noche jerezana, ¡que grande es el flamenco! grande y único, aquí estamos para decir bailando, cantando y con grandes toques que este flamenco existirá siempre, porque es el único, el grande, el auténtico que ha asombrado al mundo y lo seguirá haciendo por los siglos de los siglos. Amén.