Festival Cante de las Minas de La Unión: Noches de galas

Después del año en blanco 2020, el Sesenta Festival Internacional de las Minas de La Unión renace con nuevas sedes, que  por el momento no se sabe si perdurarán cuando acabe la pandemia, que mientras no se vacune a la población mundial, va para largo.

Desaparece el auditorio de la Casa del Piñón para todas esas actividades colaterales a todo festival: Entrega de premios, presentaciones, etc. Este año, al aire libre, en la Avenida del Flamenco, frente a la fachada principal del Antiguo Mercado o Catedral del Cante, que a su vez desaparece como sede principal de galas, semifinales y final de los concursos de cante, toque, baile e instrumentistas; trasladada a La Maquinista de Levante, antiguo complejo de naves industriales y espacios al aire libre asociados a la industria de la minería, aledañas a la estación de ferrocarril de La Unión, que no es Renfe; adquirido recientemente por el Ayuntamiento y reciclado como sede de eventos en abierto y otros usos culturales.

Las actuaciones de cante y toque que se hacían en el interior de la mina Agrupa Vicenta, este año se hacen en el mismo escenario de entrega de premios, en la Avenida del Flamenco. Y lo que habitualmente se hacía en ese espacio, cante, toque y baile de artistas principiantes ha desaparecido por el momento, un momento cuya longitud no puede medirse por ahora.

Por lo demás, como en la canción de Julio Iglesias, la vida sigue igual. Galas con repetidores, un par de lámparas mineras y la agradable sorpresa de Dorantes, quien interpretará al piano su última composición, «Identidad», estrenada en la Bienal de Sevilla 2020. Actuaciones de los semifinalistas en concurso, de donde saldrán los finalistas y ganadores 2021.

Las galas

Las galas arrancaron el 31 de julio con la actuación de la compañía de ballet de Antonio Najarro, quien presentó su obra «Alento» diseñada para el Ballet Nacional de España cuando era su director. Perfecta disciplina sincronizada de doce bailarinas y bailarines, con sus dúos habituales. Un espectáculo luminoso, con un nuevo vestuario con diseños de firma, entre otros del propio Najarro, en el que se suceden y entremezclan el baile clásico español y el flamenco en sus varias coreografías. La música en  directo, con partitura original del compositor y guitarrista Fernando Egozcue, quien compartió escenario con los músicos Laura Pedreira en el piano, Virginia González en el violín, Miguel Rodrigáñez al contrabajo y Martín Bruhn con la percusión.

Miguel  Poveda

Celebraba veintiocho años de su Lámpara Minera. Es bastante habitual en las galas de este festival, es casi un hijo adoptivo de La Unión, con calle incluida y a través de los años ha ido mostrando su evolución en la diversidad de estilos musicales y en haberse convertido en un eminente maestro de ceremonias y comunicador con el público. En La Unión es un dios.

Pero lo de este año ha tenido algo muy especial y conmovedor. Subir al escenario a Encarnación Fernández, unionense de adopción, hija y madre de guitarristas, y hoy en día máxima representante de la esencia de los cantes mineros y de Levante. Dos veces  ganadora de la Lámpara Minera y todo lo que se pueda ganar por palos. Poveda quiso halagarla nombrándola reina de los cantes mineros. Ella debería estar más presente aquí y en otros festivales, pero… Esa noche, la del dos de agosto Poveda  la reivindicó como ella se merece, emocionó y se emocionó.

También trajo a escena al ya inevitable e inolvidable Federico García Lorca, siempre vivo gracias a los flamencos. Acompañado por los palmeros El Londro y Carlos Grilo cantó la Oda a Walt Whitman que él dedicó al poeta de Granada en su reciente disco «Enlorquecido». Un elenco extraordinario fue sumándose al espectáculo, los guitarristas Daniel Casares quien tuvo ocasión de mostrar su virtuosismo como concertista de las seis cuerdas, y Diego del Morao; Paquito González a la percusión y El Choro tan extraordinario bailaor como siempre, que siempre nos recordará aquel «Aviso: Bayles de Jitanos» en la venta de Caparrós, en el camino de Jerez a Lebrija, hace un par de siglos.

Cantó por Bambino, creó una escena de baile con El Choro, se paseó por el escenario y entre las butacas, creando pasiones entre el respetable, cosa que siempre consigue en La Unión; tras cantar dos de sus clásicos, Hey y Voy a perder la cabeza por tu amor, montó un tablao flamenco en el que hubo cante y toque por malagueñas, abandolaos, soleá por bulería con abundante juego de ritmos, tangos y alegrías; recordó a los hermanos cubanos con una guajira. Dos horas y media de concierto, el público de pie, rendido. Casi una noche para la historia.

Paco Montalvo

El joven violinista cordobés que ha puesto en las cuerdas del violín a Paco de Lucía, su referente flamenco; los cantares populares lorquianos, y todos los palos habidos y por haber; se ganó una vez más, el corazón de los unionenses, como hace cuatro años en que dio su primer concierto en la Catedral del Cante. 

Montalvo es el creador del violín flamenco, y en su noche en La Maquinista de Levante lo hizo sonar por alegrías de Cádiz, tangos, bulerías y guajiras. Arrancó con La Tarara, presentó su disco «Leyenda Tour»; estuvo acompañado por Jesús Gómez a la guitarra, Miguel Santiago a la percusión, Rubén Márquez a las palmas y Araceli Muñoz al baile. 

Camarón de la Isla estuvo con Rosa María y Volando voy: Leyenda, la composición propia que da nombre a su disco, en diálogo perfecto entre la bailaora y el violinista; puso la guinda al concierto con Entre dos aguas de Paco de Lucía. Transformó el violín en instrumento flamenco. La ovación no hay que imaginarla.

Avenida del Flamenco

La mina Agrupa Vicenta se ha trasladado este año al aire libre, a esa avenida cuajada de nombres gloriosos de La Unión y su festival, como el de El Niño Alfonso, fallecido hace poco más de un mes, a la edad de ochenta y siete años.

Un ramillete de Lámparas Mineras; Alfredo Tejada, Juan Pinilla, un cantaor con sello personalísimo, erudito en fandangos, escritor, conferenciante; Antonia Contreras y María José Pérez.  

Dorantes

Dorantes estrenó Identidad, su última composición en la Bienal de Sevilla 2020, que desde entonces ha estado en gira y la noche del 3 de agosto emocionó al público de La Maquinista de Levante con esta pieza tan íntima que es la memoria de su vida, desde su infancia en Lebrija hasta la fama internacional de hoy. La magia de su piano estuvo acompañada por el duende de Pedro el Granaíno en colaboración especial.

La identidad pasaba a ser también cosa de dos, subrayando momentos de su vida y mostrando un simbolismo único. El sonido fue adquiriendo cada vez más dramatismo, mayor intensidad, mayor pulso. Jugaba así el espectáculo a alternar la intimidad de Dorantes con el quejío del cantaor. 

Recuerdos de sus mayores, su familia, de su abuela María la Perrata, su padre Pedro Peña, Fernanda y Bernarda de Utrera, Pedro Bacán, Mercedes la Serneta, Tomás ElNitri, y el más grande, su tío El Lebrijano; los cantes y las fiestas. Por alegrías, volvió a aquel momento en el que entró su padre por la puerta con la pianola de la abuela María la Perrata, que para él tenía vida propia y que a la postre cambió su vida cuando aún era un niño. Recuerdos del conservatorio, lo clásico y lo flamenco, y por tangos Sevilla y sus gentes. 

Cuando al final del concierto sonaron las notas de su primera composición, Orobroy, una pieza nostálgica dedicada a su etnia gitana, penetró hasta debajo de la piel de los asistentes al concierto. La identidad de Dorantes dejó de ser solo suya. En ese momento fue de todos. 

Dorantes cerró las noches de galas en La Maquinista de Levante. Siguen los concursos de semifinalistas, finalistas y el siete de agosto la gran final de cante, toque, baile e instrumentistas. Ahí estaremos.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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