La segunda edición del Festival de la Guitarra Flamenca de Madrid, dedicado al maestro Sabicas, nos ha dejado un excelente sabor de boca
Cuatro galas con cuatro maestros: Un veterano, el sevillano Paco Jarana; dos en la cumbre de su creatividad, Dani de Morón y Manuel Valencia de Jerez; y en representación de la generación joven el millennial sevillano David de Arahal.
Paco Jarana, sabiduría; Dani de Morón, virtuosismo; Manuel Valencia, pura esencia jerezana; y David de Arahal, sensibilidad exquisita. Todos ellos con sus invitados han ofrecido cuatro conciertos para la historia.
Paco Jarana con su inseparable cantaor Segundo Falcón y su aún más inseparable compañera de arte y vida Eva Yerbabuena; no se entenderían la una sin el otro, la otra sin el uno. Ambos han crecido juntos, desde hace un cuarto de siglo. Y con el cantaor, casi desde 2008 andan juntos.
Más que un trío son una compañía. ¿Cómo no van a llegar al alma de espectadores de todos los colores con lo que transmiten? No hace falta saber lo que toca, canta o baila. Solo hay que estar ahí, concentrados en lo que está pasando en la escena. Disfrutando, llenándose de música y arte de primera magnitud. ¿Se puede describir mejor su concierto?
La elección de invitados de Dani de Morón tampoco sorprende: Una cantaora versátil que se adapta a cada concierto que no sea suyo. Nada menos que Rosario La Tremendita. ¡Cómo cantó, con qué sentimiento, con qué registros de voz, con el alma en la mano! Artista versátil y creativa, cantó también acompañándose del bajo eléctrico.
Y ¿qué decir de la bailaora, actriz y directora Patricia Guerrero? Hemos dicho ya tanto de sus creaciones que a ellas nos remitimos. Es ahora mismo la creatividad suprema en el baile flamenco. Dani de Morón es desde hace bastante tiempo su compositor de cabecera. Se diría que forman pareja artística con esa complicidad que eleva el arte a altas cotas. Al compás los inimitables Mellis de Huelva, que podían haber sido cantaores; son los más solicitados y tienen sus artistas fijos. Dani, Patricia, Arcángel…
Con esos mimbres, las composiciones del guitarrista, el cante y toque de la Tremendita, el baile exquisito de Patricia, el compás de Los Mellis, los conciertos solistas de guitarra, la huella de Sabicas y el virtuosismo de todos ellos, la segunda gala de este Festival de guitarra nos llevó al cielo de los flamencos.
Manuel Valencia
Conozco bien desde hace años a este guitarrista con nada menos que ocho apellidos gitanos de Jerez y Lebrija. Fue fantástico él y sus invitados, como la cantaora trianera Esperanza Fernández y el bailaor y creador de espectáculos con inimitable identidad propia Manuel Liñán, de Granada y universal. Aquí bailando con bata de cola, muy criticado por los autodenominados ‘puristas’ a los que Andrés Marín me definió hace años como ‘camelo’. Acertada definición. A todos ellos conozco de decenas de conciertos, propios o como invitados. Todos ellos de diez por separado, sin clasificación posible juntos.
David de Arahal, nacido en el 2000, clausuró el festival el pasado domingo 27 de abril con un concierto inolvidable. Guitarrista, compositor, podríamos completar su definición como ‘sentido y sensibilidad’ como el título de la novela de Jane Austen.
Verdaderamente su toque es diferente, identitario y repito, con una sensibilidad única. También excelente comunicador con el público. Y no me resisto a mencionar ese aire de ejecutivo que le dan sus gafas. Joven y ya premiado por sus creaciones.
Sus invitados, el bailaor madrileño José Maya, a quien disfrutamos hace poco en «La zapatera prodigiosa», que aquí también nos regaló con un poco de buen cante; su baile extraordinario, personal, lleno de duende. Y es que vine de una dinastía de artistas gitanos de los que ponen a Madrid en primera fila flamenca. Y la cantaora Sandra Carrasco junto a Arahal en el proyecto «Recordando a Marchena», éxito de crítica y público. Aman trabajar juntos, son cómplices en el arte.
Todos artistas reconocidos, premiados, que cuando trabajan juntos dan lo mejor de lo mucho que tienen para dar.
David de Arahal, tuvo recuerdo emocionado para Sabicas, el maestro de todos, dijo; para Enrique Morente, innovador pionero del flamenco actual; por él, interpretó como solista una granaína de las que dejan el corazón encogío; sevillanas, alegrías… qué importa lo que toque, lo que importa es como deja el alma desgarrada.
El amor a la música.
En los conciertos instrumentistas se hace necesario un repertorio, porque así se hace en todos los conciertos excepto en los de guitarra flamenca, en los que se escuchan muchas composiciones de autor con nombre y apellidos que se nos ocultan. Es una cuestión de respeto al público, que por muy entendido que sea no tiene por qué conocer de memoria cada pieza.
Frecuento bastantes conciertos de piano, por no hablar de orquesta. Todos con su repertorio en el programa de mano. En conciertos como los de este festival, no vale eso de que los flamencos improvisan sobre la marcha. Eso puede valer para los cantaores, y tampoco, pero en absoluto para conciertos de guitarra y otros instrumentos invitados.
Se siente mucha frustración cuando no se identifica una pieza.
A pesar de todo ¡viva el amor a la música!.