La última producción de Eva Yerbabuena, Al igual que tú, tuvo su estreno en Madrid, en el patio central del centro Conde Duque el pasado fin de semana, dos meses después del estreno absoluto con el que arrancó el Festival de Jerez, con críticas variopintas. Y es que Al igual que tú es una obra tan bella como compleja. Tan compleja como lo que propone.
Al igual que tú es un producto del confinamiento. A parón teatral, creatividad de estudio y taller de danza. Buena ocasión para rememorar la casa de la infancia, que ella propone que sea la de nuestra infancia, porque asegura que la obra no es autobiográfica. Que los hechos cotidianos pueden variar en cada casa, pero en el fondo aunque no en la forma, sean los mismos.
Eva, como otras veces, ha apostado por la versatilidad y así nos encontramos con un arranque y semifinal operístico, nada menos que con una de las arias más famosas de la historia de la ópera, la Casta diva de la «Norma»” de Bellini, como queriendo decir, todo termina como empezó, de forma grandiosa, tanto en el amanecer de la vida como en la despedida. O bien como el reflejo final de la huella dejada en cada uno por los acontecimientos de la infancia.
Yerbabuena es flamenca al cien por cien, pero este hecho no le impide integrar otras músicas, -los recuerdos tienen muchas músicas- en cada historia. Aquí músicas de Brasil y México. Otras músicas y otras danzas, incluida la contemporánea, como un guiño a aquella historia que no llegó a ser realidad con Pina Bausch; como otro guiño a aquella historia es la inclusión como invitado del bailarín y coreógrafo venezolano Fernando Suels.
En Al igual que tú conviven la ópera, el flamenco por tarantas, granaínas, soleá, y la grandiosa bulería por soleá cantada por el invitado Luis Moneo Lara y coreografiada por Mercedes de Córdoba. Recitados que marcan momentos dramáticos a cargo de la actriz Maica Barroso como alter ego de la protagonista; la canción de Chico Buarque, Construcción, en la voz de Sandra Carrasco y el baile teatralizado state of the arts de Christian Lozano. La llorona de Chavela Vargas, en la voz llena de emociones de Ella Garry, sobrina de Yerbabuena.
La casa, un diseño de Curt Allen Wilmer y Leticia Gañán es un ente vivo al fondo de la escena, siempre presente a lo largo de la representación. Al comienzo, el frente se divide en dos espacios estancos en los que transcurren dos escenas tan dispares que sugieren dos tiempos de una vida. En la fachada hay ventanas que permiten ver lo que sucede en el interior; opacas cuando nada sucede, iluminadas y trasparentes cuando algo transcurre dentro de alguna de ellas, como en el hito de La Llorona, mientras vemos a Ella Garry cantando en una habitación, Eva y Fernando Suels bordan un paso a dos en el exterior de la casa.
Eva baila como siempre; ella es una maestra con un cuerpo por el que no pasan los años. Un privilegio solo de algunos. Ella viene de formación clásica y lo mismo se expresa bailando flamenco, clásico e incluso contemporáneo. No hay nada convencional en este recuerdo no biográfico, quizá colectivo, de lo que sucede en el interior de cualquier casa. El mayor dramatismo lo marca la voz de Maica Barroso con los versos y textos puestos por la dramaturgia de Alfonso Zurro. Esa voz que parece venir desde la inmensidad de un espíritu cósmico. Y sobre todas las cosas está como siempre Paco Jarana, su pareja, su productor, director musical y guitarrista.
Al igual que tú, solo se entiende desde el discurrir de una vida, con su evolución en el devenir del tiempo representado por cante, toque, percusión y baile flamencos en las voces de Luis Moneo Lara como invitado; Alfredo Tejada y Sandra Carrasco, tanto en el cante como en el canto; en la guitarra de Paco Jarana y la percusión de Antonio Coronel y el hispano – japonés Rafael Heredia.
Los fundidos de escenas son dramáticos, sin transiciones, como golpes de efecto, como los cambios repentinos e inesperados en la vida de cualquier persona. Cambios abruptos, escenas de recitados, música y danzas de otras geografías, clásica y contemporánea; cambios que ponen en escena el bailarín Christian Lozano y el invitado Fernando Suels Mendoza.
Al igual que tú es una obra valiente y arriesgada, por su discurso disruptivo, su empeño en penetrar en los arcanos de la memoria lejana y cercana, para reencontrarse con las luces y las sombras que igualan a toda la humanidad. Solo en ese empeño de discontinuidad se entiende que después de la Casta Diva final, que todo el mundo interpreta como final para terminar la historia como empezó, ella sorprenda de forma inesperada bailando una seguiriya con Fernando Suels, asumiendo el riesgo de someter al público, por segunda vez en la noche, a la comparación entre la excelsitud de la ópera y la fuerza del flamenco.
A esto no sé qué decir. Yo hubiera preferido el final operístico, quizá por una razón de simetría, tan importante en el arte. Con ese final asimétrico creo que ha buscado algún efecto en el espectador. O quizá tantos efectos como espectadores.
Ficha artística:
- Eva Yerbabuena – Idea original, coreografía, dirección escénica y baile.
- Paco Jarana – Creación, dirección musical y guitarra.
- Alfonso Zurro – Guión, dramaturgia y dirección escénica.
- Fernando Suels Mendoza – Bailarín y coreógrafo
- Christian Lozano – Bailaor y bailarín
- Maica Barroso – actriz
- Luis Moneo – cantaor invitado
- Sandra Carrasco – cantaora invitada
- Ella Garry – colaboración especial
- Miguel Ortega y Alfredo Tejada – cantaores
- Antonio Coronel y Rafael Heredia – percusiones