En España, personas y familias del campo y la ciudad, con el apoyo de ayuntamientos, expresaron en la noche del viernes 24 de abril de 2020 su apoyo al planeta a través de la proyección de mensajes, imágenes y sombras.

Greenpeace informa de que en el contexto de la actual crisis sanitaria, miles de personas en todo el mundo se movilizaron ayer a través de las redes sociales y desde sus hogares para reivindicar una vuelta que ponga en el centro el medio ambiente y a las personas y tenga en cuenta criterios de justicia social y climática.

La convocatoria se hizo bajo el paraguas de Fridays for Future, 2020 Rebelión por el Clima y Alianza por el Clima -plataforma de la que forma parte Greenpeace-, para llamar la atención sobre cómo la actual emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto la fragilidad de un sistema que tiene que ser repensado y las consecuencias de una crisis cuando los estados no están preparados para afrontarla.

La crisis climática sigue siendo una realidad y, pese a estar formalmente declarada la emergencia desde muchas instituciones, sigue sin ser reconocida como tal por algunos dirigentes en todo el mundo, que optan por desoír las indicaciones científicas a través de una inacción culpable.

«Lejos de parar, es el momento de actuar y reiniciar el sistema con medidas que tengan la justicia social y climática como base, porque lo que estamos sufriendo ahora debe servirnos para evitar mayor sufrimiento futuro», aseguran las organizaciones.

«A pesar del confinamiento, la diversidad de la participación en estas movilizaciones muestra que la ciudadanía no está dispuesta a dejar que la crisis climática nos golpee sin hacer nada por evitarlo», añaden.

21/04/2020. Madrid, España ©Greenpeace/Pedro Armestre

En un manifiesto conjunto firmado por todas ellas, las organizaciones proponen transformar la actividad económica con fórmulas climática y socialmente justas y apuntan las actuaciones que se deberían llevar a cabo teniendo en cuenta dos principios básicos:

  • Desde el punto de vista climático, enfrentar una reducción drástica de las emisiones netas de gases de efecto invernadero, en línea con las indicaciones científicas y alcanzando la neutralidad lo más rápidamente posible.
  • Desde el punto de vista social, consideración absolutamente prioritaria de las personas y de los colectivos vulnerables, garantizando para ellos unas condiciones de vida dignas.

«La humanidad se enfrenta a una emergencia climática sin precedentes en la que también es necesario actuar con la responsabilidad de proteger la vida en primer lugar. El calentamiento global es consecuencia directa del modelo de producción y consumo que arriesga la supervivencia como especie, al basarse en la explotación ilimitada de los recursos naturales, impactando de manera injusta en las poblaciones más pobres y vulnerables», concluyen las organizaciones.

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