Dos cosas tiene muy claras Carlos Delgado, candidato a la alcaldía de Leganés por el partido vecinal progresista Unión por Leganés (ULEG). La primera es que ser la lista mas votada en un municipio confiere un merito moral y político que en el caso de Leganés le corresponde a Miguel Ángel Recuenco, cabeza de lista del PP que obtuvo nueve concejales en las pasada elecciones del 28 de mayo. La segunda es que los tres concejales que obtuvo ULEG, su partido, le convierten en la llave, la superllave dice él, para acceder a la alcaldía.
Puestas así las cosas, Carlos Delgado dejó sobre la mesa la misma noche de las elecciones que no se prestará a hacer alcalde al candidato socialista, que obtuvo ocho concejales, y que solo pactara con la izquierda, incluido el PSOE, si los socialistas le convierten a él mismo en alcalde.
Para que este ultimo pacto se diera habría que sumar los ocho concejales del PSOE mas los tres obtenidos por Mas Madrid y los tres del propio ULEG. También es posible pensar que a esta suma de catorce, la mayoría absoluta, se podría unir el único concejal obtenido por Izquierda Unida en su lista conjunta con Podemos.
Izquierda Unida ya ha manifestado públicamente su adhesión a un supuesto pacto progresista en el que se incluiría a ULEG, dado que así se ha declarado el partido de Carlos Delgado desde siempre. Los dos concejales obtenidos por la coalición formada por Podemos e IU son irrelevantes para la obtención de la mayoría necesaria de catorce concejales. De hecho, Podemos no se ha manifestado en ningún sentido.
Carlos Delgado ha dejado claro también que nunca formará parte un gobierno municipal en el que se siente alguno de los dos concejales que ha sacado Vox. De hecho durante la campaña electoral se registró un episodio en el que ULEG denuncio el reparto por parte de los socialistas de un panfleto en el que se acusaba al partido vecinal de tener firmado un acuerdo con Vox, algo que Carlos Delgado niega y que le llevó a denunciar en comisaria el reparto de esos folletos.
Las opciones parecen así reducirse a dos. O un improbable pacto de Carlos Delgado y su partido con el bloque de izquierdas que podría sumar hasta dieciséis concejales. O una abstención de ULEG el sábado 17 de junio que daría la alcaldía a Miguel Ángel Recuenco, líder del PP, como cabeza de la lista mas votada.
Fuentes del Partido Popular aseguran que esta es la opción que ellos manejan y esperan con la tranquilidad que les dan sus resultados y la circunstancia añadida de que podrán gobernar en solitario sin depender de Vox. En el PP dicen saber que después vendrá lo mas difícil: gobernar en minoría teniendo que buscar cada día aliados variables con los que ir aprobando las medidas que hagan funcionar el municipio.
Se plantean una entrada en el Ayuntamiento discreta y prudente dada la situación de un municipio en el que durante el mandato de Santiago Llorente la actividad municipal ha sido escasa y donde la plantilla de trabajadores se ha visto reducida en casi mil efectivos. La aplicación de su programa solo empezará después de una detenida evaluación de la situación real que se encuentren al llegar a las concejalías.
Sin embargo estos planes de los populares podrían no llegar a producirse si una tercera opción, improbable de momento pero que Carlos Delgado no rechaza tajantemente, llegara a producirse. Esa tercera opción pasaría por la firma de un acuerdo que repartiría los cuatro años de mandato en periodos de dos años cada uno para Carlos Delgado y un miembro del PSOE que no podría ser, en ningún caso, Santiago Llorente.
Se trata de una formula de gobierno que se ha llevado a cabo en muchos municipios, tanto madrileños como del resto de España, en la ultima legislatura. Para que este acuerdo fuera posible en Leganés sería necesario el visto bueno de Mas Madrid, que cuenta exactamente con el mismo numero de concejales que ULEG y que necesariamente debería entrar en el reparto de poder.
La exclusión que exige Carlos Delgado choca con las recientes declaraciones de Juan Lobato, Secretario General del PSOE madrileño, afirmando que si el alcalde no es socialista no hay nada que negociar. Pero en los mentideros de la ciudad pepinera se extiende la idea de que Santiago Llorente podría ser elegido para ocupar un puesto en el Senado y eso abriría la posibilidad de negociación sin la presencia del todavía alcalde en funciones. Un planteamiento que tendría que ser asumido por, al menos, algún sector del PSOE local y regional.
Una opción esta ultima que evitaría a los socialistas madrileños ceder una alcaldía más, en este caso la de la quinta ciudad por numero de habitantes de la Comunidad, pero que requiere mucho encaje de bolillos y una negociación muy fina y discreta. La solución, el sábado 17 de junio.