El Teatro Real de Madrid inaugura el 23 de septiembre la temporada lírica 24/25 con la ópera Adriana Lecouvreur, del compositor Francesco Cilea (1866-1950).
¿Por qué abre la temporada esta ópera? Porque es un homenaje al mundo del teatro, a sus entretelas y bambalinas, sus secretos y camerinos, sus sueños y éxitos. Un homenaje al teatro y a su magia.
¿Quién fue Adriana Lecouvreur? Fue una actriz francesa que vivió entre 1692 y 1730, y fue muy popular durante el Siglo de las Luces, hasta su misteriosa muerte. Su fama se debe a que era hermosa y que actuaba con más naturalidad que otras actrices engoladas de la época.
Su pasión amorosa con el noble Mauricio de Sajonia la pagó con su vida, según sus seguidores envenenada a la edad de 36 años por su rival María Carolina Sobieska, la Princesa de Bouillon.
La actriz francesa nunca supo del éxito y la fama de la ópera que veremos próximamente, ni tampoco que su nombre se inmortalizaría a partir de un evento lírico. Su vida artística comenzó cuando ingresó en la Comedié Française en 1717, enseguida conquistó al público.
El teatro de la época exigía interpretaciones exageradas, sobreactuadas, ella bajó el tono y conectó con la emoción del público que la siguió con vehemencia.
Cuando conoció a Maurize Hermannde Wettin, llamado Mauricio de Sajonia, un militar muy reconocido, fueron como dos fuegos. Él era de origen alemán y fe luterana y había participado en la Guerra de Sucesión Austriaca, considerado uno de los mejores militares de Europa, además de político y escritor. Aquel encuentro amoroso levantó intrigas, el desenlace de los hechos se encubrió, tratando de evitar el escándalo. En aquellos tiempos se utilizaban venenos lentos, que cuando eran detectados ya la víctima no tenía salvación.
Sin embargo, este apasionado romance y la extraña muerte no pasaron desapercibidos. Voltaire, quien conocía a los protagonistas y sentía admiración por la bella actriz, se indignó al saber que no tendría cristiana sepultura, y escribió un poema que los autores Scribe y Legouve tomaron para la novela amatoria que, luego, inspiró al libretista italiano Arturo Colautti y al compositor Francesco Cilea, para desarrollar la ópera.
Eran tiempos en que los derechos de autor no eran muy estrictos, y los autores solían apoyarse en otros autores; finalmente era un hecho histórico.
En el siglo diecinueve, el drama fue interpretado por otra gran actriz, Sarah Bernhardt, quien hizo una película muda con el apasionado romance. También Joan Crawford protagonizó a la diva francesa y más tarde se produjeron varias series sobre este episodio de amor y muerte.
La ópera puede no tener un libreto excepcional, pero en este caso, la historia de amor es excepcional y marca un hito operístico por la veracidad, aunque, en el teatro nada es totalmente «veraz o real» porque todo se impregna de la magia del teatro.
Veraz o no, Adriana es una gran heroína que toda cantante quiere interpretar y el gran tenor Enrico Caruso se adueñó del personaje del noble Mauricio de Sajonia para que la ópera se estrenara el 6 de noviembre de 1902 en el Teatro Lírico de Milán, con éxito singular.
El Metropolitan de Nueva York no podía dejar pasar el estreno de esta opera y lo hizo en 1907, con Caruso, ídolo en Estados Unidos, aunque la salud del gran divo solo permitió tres funciones.
Otra puesta memorable fue la de Plácido Domingo y Renata Tebaldi, también en el Met, en 1968. El teatro Colon de Argentina la presentó en 1948, con Beniamino Gigli.
La ópera es para gran lucimiento de la soprano, de hecho, Claudia Muzio, Renata Tebaldi y Renata Scotto fueron famosas «Adrianas».
Mostrando el tema de los celos, el amor y la muerte, el drama amoroso de la actriz pone en relevancia el concepto de «teatro dentro del teatro» y «del teatro de la vida».
«Adriana Lecouvreur» es una opera en cuatro actos, se estrenará en la clásica producción de David Mc Vicar, y fue presentada, en 2010, en el Covent Garden de Londres, según una puesta en escena «homenaje al teatro», con escenografía de Charles Edwards y un suntuoso vestuario dieciochesco diseñado por Brigitte Reiffenstuel.
La interpretación en el Teatro Real de la protagonista está a cargo de Ermonela Jaho y María Agresta, alternativamente. La Princesa de Bouillon está a cargo de Elina Garana; y Brian Jagde, será Mauricio de Sajonia.
Junto a ellos, actuarán el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, bajo la dirección de Nicola Luisotti, director invitado.
Se ofrecerán diez funciones estrenando el 23 de septiembre hasta el 4 de octubre. Habrá un Prestreno Jóven para menores de 36 años, el 20 de septiembre. La ópera, a su vez, será retrasmitida en directo para toda España el día 28 de septiembre en el marco de la programación de la Semana de la Opera, 2025.
Las funciones están dedicadas a José Carreras, en el cincuenta aniversario de su interpretación en Madrid, en el papel de Mauricio, junto a Montserrat Caballé.
En torno a la ópera se han organizado una serie de actividades. Una de ellas es especialmente exótica, en el Jardín Botánico de Madrid. La muerte por envenenamiento de la protagonista da origen a una visita por estos jardines descubriendo las plantas tóxicas, cuáles son venenosas y cómo funcionan los venenos.
Igualmente interesante es la Exposición en el Museo del Romanticismo, Sala 18, donde hay un retrato de la actriz aragonesa Teodora Lamadrid interpretando a Adrienne Lecouvreur, papel que le dio reconocimiento en el Siglo diecinueve en los escenarios de España.
Para otras actividades y mayores informaciones remitirse a la taquilla del Teatro Real o a su página web.
¡Los esperamos en el Teatro Real!