La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el «Pequeño Nicolás», a cuatro años y tres meses de prisión, además de a catorce meses de multa a razón de diez euros, al considerarle inductor penalmente responsable de un delito de descubrimiento y revelación de secretos, inductor de un delito de violación de secretos oficiales y autor de un delito de cohecho activo.

En la causa, el Ministerio Público solicitaba para él nueve años de reclusión por presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal, descubrimiento, revelación de secretos y cohecho activo, caso que se conoce como el de la ‘Mafia Policial’. 

Los magistrados condenan también a cuatro años y tres meses de prisión a Jorge González Hormigos por los delitos de descubrimiento y revelación de secretos cometido por funcionario público y cohecho pasivo; a la misma pena a Felipe Gallego Santos por descubrimiento y revelación de secretos cometido por funcionario público y cohecho pasivo; a año y medio de cárcel a Javier Sánchez López por un delito de descubrimiento y revelación de secretos cometido por funcionario público, y a Emilio García Grande a una multa de doce meses a razón de diez euros al día como autor penalmente responsable de un delito de violación de secretos oficiales.

La Sala absuelve a José Luis González Cervera de todos los delitos de los que se le imputaba y absuelve también a los acusados Francisco Nicolás Gómez Iglesias, Jorge González Hormigos y Felipe Gallego Santos del delito de grupo criminal por el que también les perseguía el Ministerio Público.

Contra la presente resolución se podrá interponer recurso de casación ante la Sala 2ª del Tribunal Supremo.

Según consta en los hechos probados de la resolución, el «pequeño Nicolas» se puso de acuerdo con los acusados Jorge González Hormigos y Felipe Gallego Santos, policías municipales del Ayuntamiento de Madrid, Emilio García Grande, coordinador de seguridad y emergencias municipales, y Javier Sánchez López, guardia civil que desempeñaba su puesto en la Casa Real, para «obtener ingresos paralelos y otras prebendas relacionadas con los ambientes sociales y políticos que frecuentaban», valiéndose de la información privilegiada y los datos relacionados con la titularidad de placas de matrícula -que en la mayoría de los casos resultaron ser de empresarios-, que los agentes facilitaban al ‘Pequeño Nicolás’ para conseguir beneficios económicos que se repartían entre ellos.

En el plenario quedó también acreditado que el trastorno mixto de personalidad con rasgos narcisistas del acusado Francisco Nicolás Gómez Iglesias no afecta en ningún grado a sus facultades volitivas e intelectivas.

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