Los accidentes por conducir ebrio son una de las principales causas de muerte en los Estados Unidos y un verdadero problema para las agencias y organizaciones que trabajan con el tránsito en el país.
La gran pregunta aquí es, ¿cómo podemos prevenirlos? Y en la respuesta mucho tienen que ver las víctimas de estos incidentes, quienes muchas veces tienen un papel crucial en la concientización de la sociedad.
Impacto de los accidentes por conducir en estado de ebriedad
Cada día, unas 37 personas mueren en los Estados Unidos en accidentes de tráfico causados por conductores ebrios, es decir, una persona cada 39 minutos pierde la vida por esta razón.
Según estimaciones de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), en 2022, 13.524 personas murieron en accidentes de tráfico causados por conductores ebrios. Todas estas muertes eran completamente evitables.
Pero, a pesar de lo devastador que puede ser un siniestro de estas características, las víctimas y sus familias pueden contribuir a generar una mayor conciencia en la sociedad.
¿Cómo pueden contribuir las víctimas?
Hay varias acciones que pueden llevar a cabo las personas que hayan atravesado una situación de estas magnitudes.
Compartir historias: el exponer una situación tan delicada y dolorosa puede sensibilizar a otros sobre el tema y ayudarlos a tomar mayores recaudos para evitar beber antes de conducir.
De hecho, muchas víctimas eligen contar sus historias en comerciales, programas y campañas que se extienden por todo el país.
Programas educativos
Existen varias campañas de concienciación y educación para conductores, sobre todo los más jóvenes, para intentar mitigar los accidentes por conducir en estado de ebriedad.
Organizaciones como Madres contra la conducción en estado de ebriedad (MADD) o Estudiantes contra las decisiones destructivas (SADD) promueven políticas para intentar generar conciencia sobre esta problemática.
Políticas públicas
Muchas víctimas se encargan de impulsar leyes más estrictas respecto a este tema, a través de peticiones y campañas para la opinión pública.
En muchos de estos pedidos a las autoridades se requieren políticas de mayores restricciones a los niveles de alcohol en sangre, penas más duras para infractores reincidentes o dispositivos de bloqueo de vehículos.
De hecho, la Ley HALT, promulgada el 15 de noviembre de 2021, ordena al gobierno federal exigir que todos los automóviles nuevos vengan equipados con tecnología inteligente que detecte y detenga de manera pasiva, fluida y discreta la conducción en estado de ebriedad.
Grupos de autoayuda
El apoyo emocional es clave para quienes hayan pasado por una situación traumática de estas características. Por lo tanto, los grupos de apoyo o los programas de mentoría permiten a las víctimas compartir recursos y consejos para quienes enfrentan situaciones similares.
Colaboración con las fuerzas del orden
Las víctimas muchas veces trabajan con las autoridades locales para desarrollar campañas de prevención más efectivas.
De esta manera se puede hacer foco en programas educativos, actividades de prevención ciudadana o incluso la participación en simulacros.