El papa Francisco anima a liberar la piedad mariana de la influencia de la mafia, así lo ha comunicado a la Academia Pontificia Mariana Internacional en una carta al presidente de la institución, Stefano Cecchin, informa Anne kurian-Montabone en Zenit.
«La devoción mariana», escribe en su mensaje publicado el 20 de agosto de 2020 por Vatican News, «es un patrimonio religioso y cultural que debe ser salvaguardado en su pureza original liberándolo de superestructuras, poderes o condicionamientos que no cumplen con los criterios evangélicos de justicia, libertad, honestidad y solidaridad».
El Papa también espera que los santuarios marianos se conviertan cada vez más en «ciudadelas de oración, centros de acción del Evangelio, lugares de conversión, pilares de la piedad mariana».
La Academia ha creado un departamento para estudiar los fenómenos criminales de la mafia y «liberar la figura de María de la influencia de las organizaciones mafiosas». Las directrices de este departamento –en el que participan teólogos, magistrados, criminólogos, abogados, miembros de las fuerzas del orden y políticos– se elaborarán durante un congreso que se celebrará en Roma el 18 de septiembre de 2020.
«La tarea de nuestra academia –dijo el P. Cecchin a Noticias del Vaticano– es dar una sana formación en Mariología para una sana piedad popular». En Italia y en otros lugares, señala, «existe una religiosidad débil» utilizada «por personas que saben manipular el corazón y los sentimientos, no sólo desde el punto de vista de la delincuencia, sino también en otras formas como los hechiceros o los curanderos» que proporcionan «respuestas mágicas para obtener un beneficio económico».
La figura de María, añade, se utiliza, por ejemplo, «para mantener a la gente esclava» presentándola «como una mujer que es esclava y sumisa de Dios».
Se trata, por lo tanto, de erradicar «las formas rituales» asumidas por las organizaciones mafiosas «a través de la formación de personas y familias»: «El Papa Francisco nos exhorta a ofrecer esta formación integral de la persona humana. El primer principio para ayudar a la humanidad y al hogar común, a la sociedad, al hombre y a la mujer, es precisamente dar una formación saludable».
El padre Cecchin también se refiere a las reverencias a los líderes de la mafia durante las procesiones: «¡Esto no es religión! Es una superstición. ¿Cómo es vista la religión por estos jefes, por estas mafias? Como una realidad en la que Dios también se somete a ellos… ¿Y la Virgen también se inclina ante su patrocinio y autoridad? ¡Como si quisieran enseñar a la gente que Dios está con ellos! Por lo tanto, también quieren utilizar los sentimientos religiosos del pueblo para convertirlos en personas que no son libres, en esclavos».