El Museu do Carro Electrico (Museo del Tranvía) de Oporto fue el escenario de presentación de la ruta turística ‘El camino de Hierro’, auspiciada por la Diputación de Salamanca. En total asistieron una treintena de asistentes, entre ellos, representantes de medios de comunicación, touroperadores y agentes de viajes de la ciudad portuguesa.
En su primer año, la ruta, paisajística y ambiental, que abarca los últimos diecisiete kilómetros de la antigua línea férrea que unía Salamanca con la frontera portuguesa, en la comarca de Arribes del Duero, ha sido recorrida por más de 27.100 visitantes anuales, de los cuales casi un diez por ciento proceden de Portugal.
«Desde la institución hemos tratado de impulsar este proyecto turístico no solo como lo que es, una joya desde el punto de vista histórico, monumental y de naturaleza. El Camino de Hierro es un macroproyecto turístico que trasciende de nuestro ámbito provincial, es único en el mundo», afirmó el presidente de la institución provincial, Javier Iglesias, durante su intervención en el acto.
El colofón de la presentación estuvo a cargo del asesor gastronómico David Monaguillo, quien presentó en Oporto la marca de calidad agroalimentaria ‘Salamanca en Bandeja’, que reúne algunos de los productos más selectos de la provincia, entre ellos, los elaborados en Las Arribes del Duero.
Museu do Carro Eléctrico
El Museu do Carro Eléctrico (Alameda de Basilio Teles, 51) de Oporto está situado en el barrio de Miragaia, en la nave donde estaba la Antigua Central Eléctrica de Massarelos de 1915, siendo dirigido por la Sociedad de Transportes Colectivos de Porto (STCP).
Se inauguró en 1992 y recoge la historia de los tranvías, un símbolo de la Invicta, ya que hay que recordar que Oporto fue la primera ciudad de la Península Ibérica en tener tranvía eléctrico en 1895.
En su interior la colección abarca dieciséis tranvías con sus vagones restaurados que se utilizaron y que tienen su propia historia, alguno circulaba en verano y otro se recuperó tras caer al río Duero. Destaca el primer tranvía que existió en la ciudad de Oporto, en 1872, ‘el americano’, que requería de la fuerza de dos mulas para desplazarse. De hecho, el pasado 15 de mayo se celebró un acto con motivo de los 150 años de llegada del tranvía a la ciudad.
Dentro del museo también se expone copiosa documentación escrita y gráfica, y numerosas fotografías que incluyen algunos de los conductores de los tranvías, a la vez que se muestran las indumentarias que utilizaban. También se pueden ver una serie de equipos de reparación utilizados para arreglar las averías que se producían en la red y los vagones.
El Museo estuvo cerrado de 2012 a 2015 por obras y también durante la pandemia. En la actualidad sólo se conservan unas tres líneas que, con tranvías restaurados con capacidad para dieciocho personas, sirven más como un bello atractivo turístico que como un transporte público normal, abarcando especialmente la Ribeira y por el centro.
La entrada al Museo es de ocho euros, existiendo descuentos para niños, jóvenes y mayores de 65 años. El horario es de martes a domingos de 10 a 13 horas y de 14 a 18 horas. Lunes, de 14 a 18 horas.
El ‘Camino de hierro’
La faraónica construcción de la línea férrea fronteriza entre Portugal y España por la provincia de Salamanca se inició en agosto de 1883. Tras cuatro años de trabajos, en 1887 se procedía a su inauguración en un acto donde dos trenes, uno portugués y otro español, se unieron en el centro del Puente Internacional de Vega Terrón, en La Fregeneda. Hoy en día es en la estación del citado municipio donde se inicia la ruta de diecisiete kilómetros por puentes y túneles hasta el muelle fluvial de Vega Terrón.
Un recorrido peatonal recrea la grandiosidad de la ingeniería civil más representativa del siglo diecinueve, el ‘Camino de Hierro’ que discurre por las propias líneas férreas, acondicionadas para hacer de esta ruta de un total de seis horas, una experiencia llena de contrastes. Un total de veinte túneles y diez puentes conforman estos diecisiete kilómetros que pasan de los 527 metros de altitud en la Estación de La Fregeneda a los 133 metros de Barca D’Alva por la orografía del terreno escarpado de Las Arribes.
Nada más iniciarse la ruta se encuentra el túnel número uno, el más largo del recorrido y con más de 1,5 kilómetros de longitud. A su salida, comienza una sucesión de otros diecinueve más con diez puentes que jalonan el camino mediante una suave pendiente de descenso siguiendo el cauce del río Águeda hasta desembocar en el Duero, en el único muelle fluvial de Castilla y León y donde se encuentra el final de esta impresionante ruta.
La visita al Camino de Hierro tiene un coste de ocho euros; la entrada incluye un seguro para los senderistas además de un vehículo lanzadera para devolver a los caminantes al punto de origen de la ruta en la estación de La Fregeneda.
Las entradas y todos los detalles para formalizar la visita a la ruta pueden consultarse en la página web www.caminodehierro.es