El ajedrez figura en el cupón de la ONCE del miércoles 15 de enero, con motivo del 50 edición del Abierto Internacional Ciudad de Sevilla, que tiene lugar del 10 al 18 de enero en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes).
Cinco millones de cupones tienen como protagonistas las figuras de un peón, una torre y un alfil entre dibujos de monumentos destacados de la capital hispalense, como la Giralda o el puente de Triana, que conforman la imagen oficial de este Campeonato.
No es la primera vez que la ONCE dedica un cupón a un torneo de Ajedrez.
En esta edición de Sevilla, que conmemora el medio siglo, participan 329 jugadores federados procedentes de 40 países, la mayoría son españoles, 215, así como 114 de fuera de España. Un total de trece grandes maestros participan en este torneo, dentro de los 67 que cuentan con título FIDE.
Entre los ajedrecistas que encabezan actualmente la clasificación destacan el gran maestro chino Xu Xiangyu; el tricampeón español (2021 a 2023) de origen venezolano, Eduardo Iturrizaga y el noruego Simen Agdestein, ex entrenador de Magnus Carlsen y ex futbolista.
La competición, que se jugará por sistema suizo a nueve rondas, tiene como una de sus principales características su formato ‘abierto’ de competición, que permite que participen deportistas de base y aficionados de cualquier nivel con grandes maestros y maestros internacionales.
“Sevilla se convierte en la capital del mundo del ajedrez y con este cupón queremos lanzar un mensaje inclusivo para reivindicar el ajedrez como una disciplina deportiva plenamente accesible para las personas ciegas”, sostuvo el delegado de la ONCE en Andalucía, Ceuta y Melilla, Cristóbal Martínez en la presentación.
El torneo, repartirá diez mil euros en premios, estando organizado por la Delegación Sevillana de Ajedrez. Cuenta con el apoyo, además de la Consejería de Cultura y Deporte, del Instituto Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Sevilla, la Diputación de Sevilla, las Federaciones Andaluza y Española de Ajedrez y la Universidad de Sevilla, entre otros.
“Que un torneo tan prestigioso como el del Ciudad de Sevilla cumpla medio siglo de vida demuestra que el ajedrez es un deporte inigualable para la memoria, la concentración y la inclusión de cualquier persona”, afirmó el delegado de la ONCE.
Martínez también recordó que los campeonatos que se disputan a nivel nacional e internacional al son cada vez más inclusivos, donde se enfrentan jugadores, con y sin discapacidad, en igualdad de condiciones con la única diferencia en el tablero adaptado y piezas que se fijan al mismo.
Además de Cristóbal Martínez, presentaron la imagen de este cupón, en un acto que tuvo lugar en la sede del Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Sevilla, el director general de Eventos e Instalaciones Deportivas de la Junta de Andalucía, Gorka Lerchundi, la teniente de alcalde y delegada de Deporte y Promoción de la Salud del Ayuntamiento de Sevilla, Silvia Pozo, y el entrenador autonómico, árbitro internacional de ajedrez y organizador del campeonato, José Antonio Fernández.
Tras la presentación cuatro jugadores afiliados a la ONCE realizaron una demostración frente a otros cuatro jugadores del Abierto (entre ellos, el gran maestro argentino Daniel Cámpora, de 67 años) y las autoridades participantes, con el antifaz puesto, han podido conocer la dinámica del ajedrez adaptado y ponerse en la piel de una persona ciega jugando.
Sevilla está muy ligada al ajedrez desde la tradición árabe y es la única ciudad española que fue sede de una final del Campeonato del Mundo, la que enfrentó en 1987 a Gari Kasparov y Anatoli Karpov.
Un deporte para personas ciegas
El ajedrez es un deporte de larga tradición entre las personas ciegas, probablemente por su facilidad para ser practicado de forma integrada en las competiciones con personas videntes.
Para la práctica del ajedrez, los ciegos necesitan sólo algunas adaptaciones en el material de juego: el tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos, para hacerlos diferenciables al tacto. Las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas. Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro. En él se insertan las piezas, que disponen, en su parte inferior, de un pequeño vástago.
Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas.
Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros; cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario.
Por su parte, los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.