«El mayordomo inglés» (Complètement cramé!), película «previsible e indolente» (La Voix du Nord), donde todo suena a falso, protagonizada por John Malkovich («En la línea de fuego», «Como ser John Malkovich», «Las amistades peligrosas») y Fanny Ardant («La familia», «8 mujeres», «Los jóvenes amantes»), está basada en la novela «Días de perros» del propio director, un best seller de 2015 en las librerías francesas, traducido a veinte lenguas y editado en veinticuatro países (en España por Planeta).
Completa el fallido reparto estelar Émilie Dequenne («Rosetta», «El pacto de los lobos», «Close»), Premio a la Mejor Actriz en el último Festival de Cannes por su papel en «C’ a vous».
La inverosímil –aunque eso no es lo peor- historia cuenta el caso de Andrew Blake, un adinerado empresario británico quien, tras la muerte de su esposa y cansado de un mundo que ha dejado de interesarle, viaja a Francia para regresar al lugar donde conoció a la mujer de su vida y donde, como consecuencia de un equívoco, se encuentra trabajando de mayordomo en uno de los múltiples castillos que salpican la campiña bretona francesa. Allí nadie conoce su identidad y espera encontrar el reposo que necesita para buscar una salida a su nueva vida.
El encuentro con personas ajenas al mundo que acaba de abandonar -y al resto de los mundos también- y las situaciones que vive con sorpresa aunque voluntariamente, le llevarán en una dirección que no se parece nada a lo que esperaba.
«El mayordomo inglés[1]», soporífera película del género «todo el mundo es bueno», es un melodrama que podría haberse escrito hace dos siglos, alejado de cualquier universo, no necesariamente real pero al menos aceptable, por mucha buena voluntad que le pongamos. Tanto las situaciones como los diálogos son inverosímiles, ni siquiera lo salva el franés so british de un John Malkovich que, por una vez, no es el malvado seductor empedernido de sus películas «de época», pero lamentablemente tampoco es el inefable protagonista de «Como ser John Malkovich».
Tampoco una actriz con tanto encanto y personalidad como Fanny Ardant ha encontrado en esta película el papel de su vida, ni siquiera un papel discreto que –han pasado inexorables los años- le sirva para mantenerse en el firmamento que en otro tiempo giraba en torno suyo.
Y lo mismo para el resto del reparto de esta torpe comedia dramática –Emilie Dequenne, como la criada marimandona, Philippe Bas («El salto del diablo» ) en el jardinero al que las mujeres tienen comida la moral, y Eugénie Anselm, la «planchadora» embarazada y abandonada por su novio- más antigua que Cascorro (guiño para los habitantes de Madrid capital; el original «más viejo que la Tana» seguramente está dedicado a alguna de las muchas Cayetanas que se han hecho un hueco en nuestra larga historia de reyes y cerilleras).
Lo mejor que se me ocurre decir es aquello de «zapatero a tus zapatos». Gilles Legardier, un escritor que los franceses aprecian por sus novelas servidas con ironía y humor, se ha equivocado malgastando su talento literario, y el talento actoral de sus tres personajes, pasando al otro lado de la cámara para hacer algo que más bien parece una anticuada función teatral, salpicada de bromas que maldita la gracia que tienen y choques culturales entre el falso mayordomo británico y las insufribles mujeres que atraviesan el decorado, con el resultado de que nos parece estar asistiendo a «un mediocre telefilm de los años ochenta».
- «El mayordomo inglés» estará en las salas madrileñas a partir del viernes 23 de agosto de 2024