Home Madrid «El marco», protagónico en la exposición del Museo Nacional Thyssen Bornemisza

«El marco», protagónico en la exposición del Museo Nacional Thyssen Bornemisza

Marcos: El Greco, Cristo

Extraña y original exposición nos ofrece el Museo Nacional Thyssen Bornemisza, al darle protagonismo al marco del cuadro, con la exposición «Colección de marcos».

Sabemos que el marco protege la pintura, dibujo, fotografía o papel, que no tiene excesivo relieve y que el enmarcador ofrece el oficio según las artes aplicadas o decorativas de la época, protegiendo el objeto interior enmarcado.

Estos marcos pueden ser en madera, metal y actualmente, de diversos materiales. La construcción de marcos evolucionó, los maderos se pintaron o se laminaron en oro, esculpieron decoraciones atractivas y a veces compitieron con el pintor en elegancia de formas y volutas, usando tallados y relieves. Luego, se aplicaron a los enmarques: passepartout, tinturas, vidrios, y nuevas técnicas para ser colgados, hay toda una historia de los marcos.

Ya en la Antigüedad clásica se encuentran bordes de mosaicos alrededor de pinturas, o frescos, una clara intención de protección y enmarque. Durante los comienzos de la Edad Media, las pinturas se realizaban en tablas de maderas y poco a poco, los bordes se decoraron para dar una terminación apropiada, la mayoría de estas tablas eran religiosa y eran para las iglesias. En algunos casos, fueron necesarios los marcos protectores o terminaciones de retablos, trípticos para que quedarán afirmados.

Después, llegó la pintura de caballete y los marcos se separaron, los marcos tuvieron más preponderancia, muchos seguían el tema del cuadro o eran diseñados en función de la pintura que enmarcaban, dándole realce.

Marcos: El Greco, Concepcion
Marcos: El Greco, Concepcion
Marcos: VanEyck, díptico Anunciación

Con el Renacimiento, los marcos adquirieron mayor importancia y gracias a la gran cantidad de pinturas que encargaban los reyes y nobles, los marcos tuvieron gran importancia y la creatividad afloró: se pintaban, se trabajaba la madera con diversos diseños, y se desarrollaron estilos propios, donde los artesanos italianos fueron maestros e influenciaron en el resto de Europa. Se introdujeron moldura, terminados en dorado, tallados, bandas centrales que acompañaban los colores del cuadro.

Venecia fue uno de los epicentros de fabricación de marcos para cuadros y también para espejos. En el siglo diecisiete las técnicas y los estilos se habían perfeccionado.

El gusto francés, durante el reinado de Luis XIV, se impuso, los tallados fueron casi escultóricos con elementos florares y diseños estilizados, el barroco acentuó el protagonismo del marco. Sin embargo, el apogeo del marco llegó en el siglo dieciocho, se usó para todo y con diversos estilos, una verdadera exuberancia y creatividad.

Durante la Revolución francesa muchos marcos fueron quemados y usado el oro. Bajo el imperio de Napoleón se volvió a las formas clásicas, y con este estilo mando a enmarcar la colección del Louvre. En el siglo diecinueve, el Impresionismo, buscó cierta neutralidad en los marcos y por otro lado, se fueron repitieron temas y estilos. En la actualidad, encontramos una gran variedad de enmarcados, técnicas y materiales y hasta marcos vacíos apoderados como obras de arte. Sin duda ‘el marco» es un tema digno de ser destacado y estudiado.

La exposición «Marcos de Colección» estará abierta al público desde el 7 de octubre de 2024 al 21 de enero del 2025 y ofrece una instalación de once obras de la colección permanente de los siglos catorce al siglo diecisiete cuyos marcos, tres de ellos originales, ejemplifican la relevancia artística de este objeto.

La colección Thyssen ha logrado conservar varios marcos antiguos y originales. El propio baron Hans Heinrich Thyssen prestó una especial atención a este aspecto del coleccionismo y llegó a solicitar dos estudios de marcos de sus colecciones en la década de los años ochenta.

Los marcos seleccionados en esta muestra revelan una alta calidad técnica y estilística, convirtiéndolos en piezas únicas y valiosas en sí mismas, además de aportar información adicional que contribuye al reconocimiento del período histórico en que las pinturas fueron encuadradas.

Varios marcos provienen de España, Francia, Alemania, Italia y Países Bajos. Muestran una gran variedad de estilos y de criterios según las modas, adaptando, los marcos, a veces, al mobiliario de la mansión.

Cabe destacar en esta muestra las obras con los marcos originales, entre ellas: el Tríptico portátil de la Crucifixión (hacia 1370-1375) de Lorenzo Veneziano, cuyo marco, denominado arquitectónico, esta tallado en la misma tabla, según indica la información del museo, e imita el pórtico de una iglesia gótica.

La otra obra para destacar es el Díptico de la Anunciación (1433-1435), de Jan van Eyck, que se inscribe en la tradición de los retablos del Norte de Europa del Renacimiento y cuya peculiaridad reside en que el artista pintó los marcos a modo de trampantojo.

Otras obras singulares son las dos obras del Greco donde se observa la decoración vegetal en las molduras, nos referimos a Cristo abrazando la cruz (hacia 1587-1596) y La Inmaculada Concepción (hacia 1608-1614) realizada en colaboración con su hijo y encuadrada por un marco típico del barroco español.

Sin duda, este es un recorrido pictórico diferente donde marco y obra dialogan en extraña afinidad y que nuestros ojos pueden apreciar como si ese diálogo continuase hoy.

La exposición tuvo como comisaria a María Borobia, jefa de Pintura Antigua del museo y a la comisaria técnica María Eugenia Alonso, conservadora de Pintura Antigua del mismo museo.

Más información: www.museothyssen.org

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