El Gobierno de Grecia encabezado por el derechista Nueva Democracia (ND) ha impuesto una suspensión temporal de tres meses de todas las solicitudes de asilo de migrantes que llegan al país desde el norte de África.
La medida fue aprobada por el Parlamento griego el pasado 11 de julio con 174 diputados a favor del total de 300.
El jefe del Gobierno, Kyriákos Mitsotákis defendió la medida: ″Grecia no es una ruta de tránsito abierta. El viaje es peligroso, el resultado incierto, y el dinero pagado a los contrabandistas se desperdicia finalmente. Las entradas ilegales no conducirán a la residencia legal”.
La mayoría de los afectados por esta medida son los provenientes de Somalia, Sudán, Egipto y Marruecos.
La suspensión se produce en medio de un aumento de las entradas de migrantes que llegan a la isla de Creta desde Libia.
Según la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), más de 16.800 migrantes han llegado a Grecia por mar en lo que va de año 2025, de ellos más de 7.000 llegaron a Creta.
Del mismo modo, el ministro de Asuntos Marítimos, Vassilis Kikilias, afirmó que los flujos migratorios hacia Creta han aumentado 350 por ciento en comparación con el año pasado.
El portavoz de Asuntos Internos, Democracia, Justicia y Estado de Derecho de la Comisión Europea, Markus Lammert, respaldó la decisión del Gobierno griego de suspender las solicitudes de asilo en una vuelta de política dura hacia la inmigración extracomunitaria.
La suspensión de las solicitudes de asilo forma parte de un conjunto más amplio de medidas, que forman parte de un nuevo proyecto de ley publicado el pasado 17 de julio.
El proyecto de ley pretende aumentar el tiempo que los migrantes indocumentados son detenidos de dieciocho meses a dos años. Actualmente hay más de dos mil personas recluidas en centros de detención que no tienen suficiente infraestructura, limpieza o personal médico en condiciones inhumanas.
El proyecto legislativo pretende imponer al menos una pena de tres años de prisión, sin libertad condicional, junto con una multa de 10.000 euros para los refugiados que no salgan del país después de que su solicitud de asilo haya sido rechazada.
Las nuevas medidas de Grecia están en consonancia con la política de dureza de la UE en materia de migración. El documento de conclusiones adoptado por el Consejo Europeo del 26 de junio citó la preocupante situación en Libia, y sus posibles consecuencias también en términos de seguridad europea, así como en lo que respecta a los flujos migratorios.
El texto abogaba por la prevención y la lucha contra la migración irregular, incluso a través de nuevas formas de acuerdo con el Derecho de la Unión Europea e internacional, así como de esfuerzos para facilitar, aumentar y acelerar los retornos, utilizando todas las políticas, instrumentos y herramientas pertinentes de la UE.