«El deshielo», de Veerle Baetens, cuando es imposible deshacerse del pasado

«El pasado está en tu cabeza, el futuro está en tus manos»

«El deshielo» (Débâcle), ópera prima de la cantante y actriz belga flamenca Veerle Baetens (conocida por su papel en «Alabama Monroe», «The Broken Circle Breakdown»), adaptación de la novela «Het Smelt», de Lize Spit, llega a nuestras pantallas con el aval de haber conseguido el Premio a la Mejor Película en los festivales de Sao Paulo y Braunschweig, y tras haber participado en el último Festival de Cine de Sevilla.

Además, la joven actriz Rosa Martchant («Come, «Sweet Death») obtuvo el Premio Especial del Jurado a la Mejor Actriz en el Festival de Sundance por su interpretación en esta película, su debut cinematográfico, dando vida a Eva, la protagonista de la historia, a la que vemos crecer hasta que decide volver a su pueblo natal y enfrentarse a su pasado.

Completan el reparto Charlotte de Bruyne (quien interpreta a la Eva adulta, «Tori y Lokita»), Sebastien Dewaele («Nowhere», «Cargo»), Spencer Bogaert («Alpha») y Naomi Velissariou («Girl»).

Eva es una joven introvertida que vive en Bruselas, no se habla con sus padres y está a punto de romper también con su hermana menor.

En constantes idas y venidas a la adolescencia de Eva acabamos conociendo la causa de que esté en guerra con el mundo.

Durante el verano de sus trece años en un pueblo belga flamenco Eva pasa los días con sus amigos Tim –hijo de agricultores cuyo hermano murió en un pozo de la granja- y Laurens, el hijo de la carnicera Marie.

Los tres son inseparables y se llaman a sí mismos «los tres mosqueteros». Hacen excursiones en bici, se bañan juntos y descubren la sexualidad en los juegos, uno de los cuales consiste en plantear adivinanzas a otras niñas, que tendrán que irse quitando la ropa a medida que no acierten en las respuestas.

Ya adulta, muchos años después de que todo su mundo se le cayera encima, Eva vuelve por primera vez al pueblo llevando un bloque de hielo en el maletero del coche, para intentar desenterrar los recuerdos de aquel verano en el que fue feliz y desgraciada.

Es invierno y, en una fiesta en recuerdo del chico que, adolescente, se ahogó en un pozo, Eva recuerda su pasado y se enfrentan a quienes le hicieron daño, desentrañando secretos que parecían enterrados para siempre.

Esa tragedia, que sucedió antes del comienzo de la película, es el origen de toda la historia, una ausencia que rompió el equilibrio existente entre los niños amigos y también entre las familias vecinas.

Con una destacable dirección de actores y un final muy difícil, «El deshielo[1]» es un drama que deja un regusto amargo sobre una joven traumatizada en la infancia, incapaz de establecer relaciones sentimentales.

No es la historia de una venganza, aunque en algunos momentos pueda parecerlo, sino el final del futuro que pudiera esperar a una mujer cuya vida se paró cuando tenía trece años.

El título de la película en francés se ha traducido como «debacle», palabra que es sinónimo de caída, naufragio, desastre, ruina…En este sentido, «El deshielo», ficción absolutamente realista, nos habla de la familia desestructurada, de la infancia sin referencias, de la destrucción de una vida y las dificultades para reconstruirse.

  1. «El deshielo» se estrena en los cines de Madrid el viernes 9 de febrero de 2024.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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