A juzgar por la asistencia al pase de prensa de la película «El cuervo» (The Crow) -«una moderna reinvención de la novela gráfica de James O’Barr» y un remake de un anterior film de culto, rodado en 1994 por Alex Proyas con Brandon Lee, hijo de Bruce Lee como protagonista (fallecido durante el rodaje)-, el notable cómic original no tiene excesivos seguidores en nuestro país y tampoco eran muchos los que esperaban impacientes su reconversión en largometraje.
Para no llamar a engaño, debo decir que yo he asistido pero no me ha gustado nada esa historia tan cargada de violencia, maquillaje y sangre, que apenas da tiempo a respirar entre un degollamiento o el corte limpio de un brazo con sus tatuajes, su mano en el extremo y lo que en ese momento acababa de coger.
Además –pero creo que la culpa de esto está en que no conozco la historia original- no he conseguido saber si «el cuervo» que da nombre a la película es, además de unos cuantos pájaros negros que aparecen de vez en cuando, un señor vestido con un traje gris oscuro que se dedica a chupar las orejas de sus víctimas (como un Drácula de última generación), o ese pobre chico desarrapado de nombre Eric, con los ojos negros como si le hubieran estado castigando en un ring durante varios días seguidos, cubierto literalmente de tatuajes de la cabeza a los pies, que posee el don de cerrar con sus manos las múltiples heridas que le causan el señor del traje gris, la señora rubia que le acompaña vestida de fiesta y unos cuantos sicarios que les hacen el trabajo sucio a ambos.
La película está dirigida por Rupert Sanders (»Blanca Nieves y el cazador», «Ghost in the Shell») y protagonizada por el sueco Bill Skarsgård («Nosferatu») como Eric, la compositora y cantante inglesa FKA twigs («Cellophane», «Two Weeks», «Sad Day) como Shelly, y Danny Huston («30 días de noche», «La caída del presidente», la saga «Horizon») como el señor de gris que les persigue.
La historia es, más o menos, así: en vísperas de casarse, Eric y Shelly, dos jóvenes realmente peculiares, son brutalmente atrapados por sus demonios anteriores y asesinados por una banda de criminales. Pero una fuerza misteriosa hace que Eric vuelva de entre los muertos y que, dotado de poderes sobrenaturales, se vengue despiadadamente de los asesinos para salvar a su verdadero amor.
No creo equivocarme demasiado si digo que «El cuervo[1]» es una película fallida; como he leído en algún comentario, una serie «de secuencias interminables e infantiles de lo que un director de cincuenta años cree que puede parecer cool a los adolescentes». Una historia entre gótica y religiosa, con exceso de hemoglobina, que se olvidará fácilmente.
En una entrevista concedida a la revista Vaninty Fair, Rupert Sanders ha declarado que, a pesar de lo arriesgado que es hacer un remake de un éxito, su película no es un blockbuster hollywoodiense más y quiere que sea «un homenaje a Brandon Lee».
- Para amantes de las pantallas teñidas de rojo, «El cuervo» se estrenará en los cines de Madrid el próximo viernes 30 de agosto de 2024