«El caso Villa Caprice», drama psicológico en torno al poder, el lujo y la justicia, está inspirado en el personaje real de Olivier Metzner, el abogado más famoso de Francia, quien contaba entre sus clientes a un buen puñado de las empresas más cotizadas en la bolsa de París y que, una noche de marzo de 2013, se suicidó arrojándose por la borda de su barco cerca de la isla Boëdic, que se había comprado en el golfo de Morbihan.
«El caso Villa Caprice» es una película francesa[1] dirigida por el guionista y realizador de cine y televisión Bernard Stora (‘La corrupción’. ‘La tortuga en la espalda’), autor del guión junto a Pascale Robert-Diard, cronista de tribunales del diario francés Le Monde, y Sonia Moyersoen (autora de los episodios de la serie ‘Inspectora Marleu’), y protagonizada brillantemente por Niels Arestrup (‘Van Gogh, a las puertas de la eternidad’, ‘Regreso a Montauk’) y el actor y cotizado cantante Patrick Bruel (‘Lo mejor está por llegar’, ‘Una familia’), secundados por Irène Jacob (‘The OA’, ‘Dark’) y Michel Bouquet (‘El anticuario’, ‘El origen de la violencia’).
El controvertido empresario Gilles Fontaine (Patrick Bruel) contrata al famoso abogado Luc Germon (Niels Arestrup), de misteriosa vida privada, para que le salve de sus problemas con la justicia, y le invita a la espléndida villa de la Costa Azul donde languidece su mujer (Irène Jacob). Casi como un juego, entre abogado y cliente se establece una especie de guerra fría, un duelo a base de seducción, amenazas y maniobras, en el que ambos resultan ser manipuladores y manipulados.
Drama psicológico de factura clásica que a la crítica gala le ha parecido falto de interés y fundamentalmente «cursi» -y que a mí me parece entretenido-, «El caso Villa Caprice» es un thriller con una dosis moderada de suspense que nos habla del poder, la complejidad de los seres humanos y los entresijos judiciales de un caso de sobornos y corrupción inmobiliaria.
En palabras del propio realizador «el poder es obviamente lo que me interesaba: quién lo posee, quién tiene derecho a tomar la decisión final. A veces, una persona que cree estar al mando no es más que un peón en un juego cuyas reglas no comprende. Pero también me interesaba mostrar cómo colaboran los distintos poderes -político, económico, judicial- en una sociedad extremadamente cruel, donde la más mínima debilidad puede tener un efecto dominó que lleve a la muerte social, o incluso a la propia muerte».
- «El caso Villa Caprice» se estrena en Madrid el viernes 21 de enero de 2022