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«El caso Braibanti»: Gianni Amelio recupera un caso de homosexualidad que conmocionó a Italia

«Creía que era culpa, era solo valor (…) He escrito amor y lo he borrado. He escrito Tu»

«Ligeramente inspirada en hechos reales», la película «El caso Braibanti» («Il signore delle formiche»), del realizador italiano Gianni Amelio («Puertas abiertas», «Ladrón de niños», Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes;  «Lamerica», Premio al Mejor director en el Festival de Venecia; «Así reían», León de Oro en Venecia 1998) cuenta la historia de Aldo Braibanti, el intelectual italiano que en los años sesenta fue perseguido en su país por haber supuestamente «lavado el cerebro» a uno de sus alumnos.

Un caso que conmocionó a toda Italia y que generó toda suerte de opiniones. A favor de Braibanti se movilizaron grandes figuras del país como Pier Paolo Pasolini, Marco Bellocchio o Umberto Eco.

En base a la ley fascista sobre el «lavado de cerebro», un tribunal romano condenó, oficialmente por «plagio psicológico» pero en realidad por homosexualidad, a finales de la década de 1960, al dramaturgo y poeta Aldo Braibanti a nueve años de cárcel –que en la apelación se redujeron a seis- por «someter la voluntad» de uno de sus alumnos.

La película «El caso Braibanti» –que lleva el subtítulo de «El señor de las hormigas», ya que su protagonista estaba especialmente interesado en estudiar los aspectos más sociales de esos insectos- es un emocionante drama judicial centrado en el proceso del intelectual y en la figura del periodista del diario comunista L’Unità, que se comprometió en la reconstrucción de la verdad, enfrentándose al poder y a la poderosa censura existente.

Como consecuencia del amor entre Braibanti y un estudiante que acaba de alcanzar la mayoría de edad, por voluntad de su familia y para «curar» su homosexualidad, el chico fue internado en una clínica psiquiátrica y sometido a continuas y devastadoras sesiones de electroshock, que explican descarnadamente el papel que desempeñaron algunas instituciones en la Italia posfascista que se estrenaba como República y todavía se recuperaba de las consecuencias de la Segunda Guerra mundial.

El largometraje, protagonizado por Luigi Lo Cascio («Los cien pasos», «Nuestros mejores años») en el papel de Braibanti y Elio Germano («Leopardi: el joven fabuloso», «Mi hermano es hijo único»), como el periodista, junto al joven debutante Leonardo Maltese, invita a la reflexión al denunciar algunas formas de pensamiento antediluviano que parecían superadas pero lamentablemente están renaciendo en varios países, incluido España, de una Europa que no consigue desembarazarse completamente de muchos prejuicios heredados.

Un pasado de discriminación y odio que, a pesar de los innegables avances conseguido en materia de protección a las minorías LGTBI+, nos espera a la vuelta de muchas esquinas y lo leemos frecuentemente en las páginas de sucesos.

Historia de discriminación y valor, «El caso Braibanti[1]» recorre los aspectos humanos de un proceso que no fue solo judicial; también político y una referencia cuando, trece años más tarde, quedó abolido el delito de «plagio».

Gianni Amelio tenía 23 años cuando en 1968 asistió a una de las audiencias del proceso contra Aldo Braibanti, acusado de «plagio» porque el código penal italiano no contemplaba el delito de homosexualidad.

Para él, «quizá esta película sea la cosa más bella que he hecho (…) en realidad es una gran historia de amor entre un hombre y un chico (…)».

En un fotograma aparece la exsenadora y excomisaria europea Emma Bonino como «un homenaje al Partido Radical que desde siempre se ha manifestado en defensa de los Braibanti».

  1. «El caso Braibanti» se estrena en Madrid el viernes, 14 de julio de 2023.
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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