«El barco del amor», de crucero romántico con una banda de estafadores

El director francés Bruno Podalydès («Paris je t’aime», «Les 2 Alfred», «Como un avión»), a quien gusta interpretar pequeños papeles en sus películas, y en las de sus amigos, dirige la comedia romántica «El barco del amor[1]» (La petite vadrouille).

Protagonizada por él mismo y su hermano, el también actor y guionista Denis Podalydès («Fantasías de un escritor», «Bernadette», «Making of»), cuenta en el reparto con Sandrine Kiberlain («Crónica de un amor efímero», «El pequeño Nicolas») y Daniel Auteuil («La belle époque», «Enamorado de mi mujer»).

Justine, su marido y su círculo de amigos pasan por un mal momento económico. Como solución a sus problemas se les ocurre organizar un falso «crucero romántico» para Frank, el jefe de Justine, un rico empresario. El problema es que es precisamente a Justine a quien Frank ha decidido seducir durante la travesía, ignorando que tiene pareja.

Aunque los protagonistas de esta comedia bastante absurda, con un relato que parece calcado de un cómic, son un trío, en realidad se trata de una película coral (entre otros, trabajan también Isabelle Candelier, Florence Muller, Jean-Noël Brouté…), de un grupo de vividores que se reparten los papeles –del capitán al grumete, pasando por el personal de servicio- a bordo de una peniche (barco de transporte fluvial) que de esclusa en esclusa hace el recorrido de un canal, llevando a bordo al adinerado empresario que va soltando billetes de cincuenta euros a lo largo de todo el viaje, y a la mujer que intenta seducir ante la mirada celosa del marido, otro de los figurantes que hace de organizador de la excusión.

Divertido, no exento de poesía y planteando sin complejos el eterno dilema de las clases sociales, el crucero romántico de los hermanos Podalydès es una comedia ligera, que repite excesivamente algunos de los gags; una sátira social centrada en la descripción de cómo una banda de perdedores se organiza para sacar el máximo provecho de los sueños de conquistador de un personaje con todos los tics de un burgués, que camina más despacio que el aire de los tiempo; un tipo que cree que ha llegado su momento de gloria a bordo de un barco en el que todos, excepto él, tienen papel en una representación perfectamente orquestada.

Yo me quedo con los planos finales de esta comedia veraniega, cuando la improvisada tripulación saluda a los espectadores como si se encontrara en lo alto de un escenario.

Sobre el origen de la película, el Podalydès realizador: «Es un proyecto que tengo en mente desde 2003, cuando empecé a hacer pequeños cruceros fluviales con mi familia. Me encantaba este tipo de vacaciones. Poco a poco, fui descubriendo multitud de canales: es extremadamente fácil viajar en barco desde el sur de Francia a Alemania e incluso más allá…»

  1. «El barco del amor» podrá verse en los cines de Madrid a partir del viernes 19 de julio de 2024.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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