Varios líderes mundiales lanzan una campaña para cubrir los fondos necesarios en la lucha contra la COVID-19 a través del Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (Acelerador ACT). La inversión permitirá adquirir herramientas esenciales, como vacunas y pruebas, y proporcionárselas a los países de ingresos bajos y medios. El índice de vacunación en estos últimos no supera el diez por ciento.
Un destacado grupo de gobiernos, presidido por Noruega, acordó este 9 de febrero 2022 un nuevo marco de financiación en apoyo del Acelerador ACT, un mecanismo de colaboración internacional en la lucha contra la COVID-19. La iniciativa está especialmente dirigida a los países más ricos.
El primer objetivo de la coalición gubernamental es cubrir el déficit de financiación existente de 16.000 millones del Acelerador ACT, que se reunirían en concepto de donaciones aportadas por las naciones participantes, según informaron conjuntamente la Organización Mundial de la Salud y UNICEF.
El marco establece una serie de orientaciones sobre una «cuota justa» de financiación que los países más ricos deben aportar a la respuesta global del Acelerador ACT. La aportación se calcula en función del tamaño de su economía nacional y de los beneficios que les reportaría una recuperación más rápida de la economía y el comercio mundiales.
El Acelerador ACT solicita a los países donantes una contribución de 16.000 millones de dólares, sobre un presupuesto total de 23.400 millones, en concepto de subvenciones inmediatas que se efectuarían durante el período comprendido entre octubre de 2021 y septiembre de 2022.
Los 7000 millones de dólares restantes los autofinanciarán los países de ingresos medios, utilizando recursos nacionales para cubrir ciertas necesidades de adquisición y contando con el apoyo de los bancos multilaterales de desarrollo.
La vacunación en los países de bajos ingresos no supera el 10 por ciento
Los 16.000 millones de dólares se usarán para financiar el trabajo de los distintos organismos del Acelerador ACT. La inversión les permitirá adquirir herramientas esenciales para combatir la COVID-19 y proporcionarlas a los países de ingresos bajos y medios.
De los más de 4700 millones de pruebas contra la COVID-19 efectuadas desde el inicio de la pandemia sólo se han administrado unos veintidós millones de pruebas en los países de bajos ingresos, lo que representa sólo el 0,4 por ciento del total mundial. Del mismo modo, sólo el diez por ciento de las personas de los países de bajos ingresos han recibido al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Esta enorme desigualdad no sólo cuesta vidas, sino que también perjudica a las economías y corre el riesgo de que aparezcan nuevas variantes más peligrosas que podrían despojar a las herramientas actuales de su eficacia y retrasar muchos meses a las poblaciones altamente vacunadas.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, aplaudió el lanzamiento de la iniciativa y destacó que, pese adentramos en el tercer año de la pandemia, el mundo aún está lejos de alcanzar objetivos cruciales como la vacunación universal, incrementar el número de pruebas o facilitar tratamientos eficaces para todas las personas que los necesiten.
«La desigualdad en la vacunación es el mayor fracaso de nuestro tiempo desde el punto de vista moral, y las personas y los países están pagando el precio», alertó Guterres.
Sin embargo, destacó en clave positiva que «el suministro y la distribución de vacunas se están acelerando exponencialmente y estamos recuperando el tiempo perdido en muchos países. El fin de esta pandemia puede estar a nuestro alcance, este año».
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó que «la rápida propagación de ómicron hace que sea aún más urgente garantizar que las pruebas, los tratamientos y las vacunas se distribuyan de forma equitativa en todo el mundo».
El doctor Tedros indicó que, si los países de mayores ingresos abonan «la parte que les corresponde» de los costes del Acelerador ACT, «esta alianza puede ayudar a los países de ingresos bajos y medios a superar los bajos niveles de vacunación contra la COVID-19, las deficiencias de las pruebas y la escasez de medicamentos. La ciencia nos dio las herramientas para luchar contra la COVID-19; si se comparten globalmente de forma solidaria, podemos acabar con la COVID-19 como una emergencia sanitaria mundial este año»
Principales logros del Acelerador ACT
Desde que comenzó su andadura el acelerador ha logrado:
- Financiar la investigación y el desarrollo de nuevas terapias, vacunas y diagnósticos
- Apoyar la entrada en el mercado de nuevas pruebas rápidas a precios asequibles
- Entregar más de mil millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 a través del mecanismo COVAX
- Adquirir más de 200 millones de pruebas (hasta el 10 de enero), suministros de oxígeno medicinal por valor de 519 millones de dólares (a partir del 31 de enero de 2021) y equipos de protección personal por un monto de 764 millones de dólares
- Fomentar la creación de recursos para ampliar el uso de la secuenciación de próxima generación para la vigilancia genómica en el sur de África, lo que permitió la detección temprana de la variante ómicron