Normalmente pensamos que hablar un idioma consiste en aprobar una asignatura, pasar un examen de nivel y viajar al extranjero. Sin embargo, hoy más que nunca los idiomas son la llave que abre puertas, son la forma de poder comunicarse con los demás, comprender culturas distintas y crear puentes entre desconocidos.
La comunicación como herramienta vital
El lenguaje es mucho más que vocabulario o gramática. Es un medio para expresar emociones, resolver conflictos, compartir ideas y hacer amigos/as.
Quien aprende un idioma adicional no solo memoriza reglas, sino que adquiere la capacidad de ver el mundo desde otra perspectiva. Incluso con un nivel básico, poder preguntar, saludar o dar las gracias en otra lengua genera confianza y empatía de un lado a otro del puente.
¿Cuándo es el mejor momento para aprender?
Expertos coinciden en que la infancia es la etapa más favorable para el aprendizaje de las lenguas. A edades tempranas, el cerebro es más flexible y receptivo a los sonidos. Los niños y niñas son capaces de imitar acentos con naturalidad y de integrar estructuras lingüísticas casi de manera inconsciente.
Por eso, comenzar con segundas lenguas en infantil o primeros cursos de Primaria es mucho más eficaz que esperar a la adolescencia o la edad adulta.
No significa que de mayores no podamos aprender pero el esfuerzo es mayor y la pronunciación, la memoria o la espontaneidad resultan más limitadas.
El inglés
El inglés se ha consolidado como un idioma global por razones históricas, económicas y culturales. La influencia del comercio internacional, la tecnología y la cultura popular como el cine, la música y las redes sociales, lo han convertido en una lengua universal.
Aprender inglés sigue siendo útil y casi imprescindible para acceder a estos estudios superiores, movilidad laboral y oportunidades en el extranjero.
Sin embargo, conviene no olvidar otras lenguas. El francés sigue teniendo peso en Europa y África, el alemán abre puertas en ámbitos técnicos y científicos, el portugués conecta con América Latina y, por supuesto, el chino mandarín es ya un gigante en el panorama internacional. Cada idioma es una puerta distinta y una oportunidad única de ampliar horizontes.
Más allá del aula
Aprender un idioma no debería limitarse a las horas de clase. En casa se puede fomentar escuchando canciones o viendo películas en versión original, participar en intercambios escolares o en campamentos bilingües así como usar aplicaciones de aprendizaje de forma lúdica.
A menudo, se presiona al alumnado para que saque buenas notas en inglés, sin pensar en la verdadera finalidad de aprender idiomas: comunicarse. No se trata de recitar verbos irregulares, sino de poder saludar, pedir ayuda o compartir experiencias. Un nivel básico y funcional puede ser mucho más valioso que un examen con nota perfecta.
La educación lingüística no debería verse como un trámite académico, sino como un inversión en la vida de cada persona. Aprender idiomas desde edades tempranas es un regalo que se lleva siempre en la mochila dando seguridad y ampliando horizontes.
Frases:
La educación lingüística, más allá del aula.
El inglés sigue siendo esencial pero no hay que olvidar la riqueza de otras lenguas.
Los idiomas ofrecen oportunidades de crecimiento y es en la infancia cuando más sencillo es su aprendizaje.