Es tiempo de repostería y de torrijas pero también de leche frita, pestiños, buñuelos de viento y otras ricas elaboraciones que podemos disfrutar en Semana Santa en esta época de confinamiento.
Desde la Edad Media se elaboran postres en tiempos de Cuaresma. Entonces solamente se hacían los días de diario ya que los domingos únicamente se podía ingerir una comida al día. La abstinencia que se sigue llevando a cabo en esta época hace que estos postres ofrezcan un aporte energético añadido a la dieta en donde el ayuno está presente en alguno de los días.
Torrijas
Aunque poca gente ayuna cuarenta días, cierto es que en estos días de asueto se come menos y es necesario endulzar, al menos, los postres. Las torrijas están descritas desde hace al menos dieciséis siglos y se ha dejado constancia del uso de la miel, de varios tipos de vino y de leche entera. Este dulce que se ofrecía para recomponer a las personas enfermas o a las primíparas, hoy se toman en cualquier época del año. Casi todos los postres de Semana Santa llevan los mismos ingredientes y todos son restos que podemos encontrar en casa. Basados en los postres «pobres» que se hacían en otras épocas, son energéticos y bastante calóricos.
Este postre humilde está basado en los restos de pan duro que se moja en leche o vino. En algunos lugares de España se hacen concursos de torrijas y se pueden degustar en restaurantes durante todo el año; en el restaurante Lutín en Cerceda, La Bóveda en Burgos, y en todas las pastelerías (algunas durante varios meses tras la Cuaresma).
En la versión clásica, que es la más popular, se empapan las rebanadas de pan en leche (actualmente se hace pan ex profeso para torrijas, pero siempre se ha utilizado el del día anterior), y en algunos sitios, se mojan en vino tinto. Las nuevas versiones para los alérgicos a la lactosa suelen modificar la leche por otras variedades, soja, almendra, etc. Con 750 mililitros de leche, tres huevos, 150 gramos de azúcar, ralladura de limón, una rama de canela, media vaina de vainilla y aceite de oliva virgen, podemos preparar este rico postre.
Buñuelos de Viento
Por otro lado, los buñuelos de viento pueden darnos un aire novedoso en este tiempo de confinamiento. Típicos de otras fechas del año que coinciden con la Cuaresma, ahora en Pascua se toman en algunos lugares de España. Rellenos de nata, crema pastelera o mermelada, podemos preparar buñuelos distintos bañados luego en azúcar, como si se tratara de un pepito frito. Los ingredientes son: 170 gramos de harina, cuatro huevos, 3 gramos de levadura, 50 gramos de mantequilla, la corteza de un limón, un vaso de agua y una cuchara de azúcar, aceite de oliva y sal.
Leche Frita
La leche frita nos invita a otra degustación típica de estas fechas que, aunque laboriosa, es exquisita para todos los paladares. Para su elaboración necesitamos leche entera, aproximadamente 500 mililitros, 35 gramos de maicena, 80 gramos de azúcar, la ralladura de un limón, media vaina de vainilla, un palito de canela y aceite de oliva.
Mona de Pascua
La mona de Pascua, típica de Madrid, muy parecida a la Corona de la Almudena, es un bollo tipo suizo que se toma con longaniza de Pascua o chocolate; versión salada o dulce. Se corona con uno o varios huevos duros que se decoran con colores y en algunos casos, con anisetes dentro, que le dan un particular sabor.
Pestiño
El pestiño que se toma en toda España, es típico de Andalucía. Muy parecido a los dulces árabes, (chebakias) combina, miel, anís y harina. En algunos lugares se toma con matalauva, otros con ajonjolí, y se aromatizan con limón o solo con azúcar al rebozarlo cuando están fríos. Se mezcla harina, agua y vino, la pasta se hace de muchas formas y se fríe en aceite caliente.
Borrachuelos
Málaga nos ofrece los borrachuelos que se rellenan con cabello de ángel o batata en forma de empanadilla; un dulce parecido al pestiño, pero relleno. Cádiz nos invita a los roscos de Semana Santa, parecidos a las cosquillas de anís, pero con naranja, limón o canela, y Extremadura nos invita a los canutos de Pascua, que se hacen a base de harina, vino, naranja, aguardiente y azúcar.
Marañuelas
Asturias no nos deja indiferentes con sus marañuelas, y Cataluña con la mona de Pascua. Madrid, tiene su propio sello y pone al alcance de todos a sus bartolillos de Pascua que se hacen con manteca de cerdo y están rellenos de crema pastelera. Y por último, las galletas de jengibre, típicas de los países anglosajones, nos invitan a degustar con formas y colores, de otra forma este ingrediente poco utilizado en la comida española.