
Sólo un día más surge de la lectura de la correspondencia entre la actriz María Casares y el escritor Albert Camus, intercambio de cartas que relata una apasionante historia de amor complicado, difícil, incluso prohibido, de la que Susana Fortes se debió quedar prendada.
Lo dice la autora en su nota: «Solo un día más pertenece al género del biopic o biografía novelada con el telón de un trasfondo histórico de primera magnitud». Susana Fortes ya había trabajado en el género con Esperando a Robert Capa.
También dice que «Esta novela es la historia de un hombre que lucha por sobrevivir en medio de todos los conflictos de su tiempo, cargando a cuestas con su propia guerra íntima, a la que inevitablemente acaba arrastrando a las dos mujeres de su vida: su esposa Francine Faure y María Casares, la gallega de genio vivo de la que se enamoró sin remedio».
En realidad, éste sólo es el asunto central de Solo un día más, pero hay más, porque se narra una segunda historia.
La narradora vive (goza y sufre) un romance que le revuelve la vida, exactamente lo que provoca un romance en la vida de alguien cuando surge.
Hay algunos paralelismos entre una historia y otra. Por ejemplo, la protagonista también conoce a la mujer de su amante, cuando éste ya está mal, en la cama de un hospital, en coma inducido. Un amante que sabe también del sufrimiento, que ha llegado del Este. Escena similar a la de María Casares cuando conoce a Francine, la mujer de Albert. Y, naturalmente, la esencia de ambas: un hombre debatiéndose entre los sentimientos por dos mujeres.
Sin embargo, la novela es mucho más que el relato de un doble romance. Porque estamos hablando de dos personalidades muy potentes del siglo veinte, y aprendemos o recordamos aspectos de la existencia de quien llegó a ser premio Nobel, por encima de otros intelectuales de la época, aparentemente más merecedores de tal distinción. Le situamos humano, con su heterodoxia siempre presente, recibiendo fobias, ilusionando con su trabajo. Y sabemos de los éxitos y las penurias de la Casares.
«Escribir es la única manera que yo tengo de tratar de entender, si es que alguna vez lo logro», dice la protagonista. Y es que los que escribimos, también pensamos cuando lo hacemos, y seguramente con la mayor claridad.
Luego está, también, aquella historia que su abuela le contaba, de la que existen mil versiones diferentes en distintas civilizaciones y culturas, que tiene que ver con el encuentro con la muerte, inevitable.
Cuando se termina la última página de un libro, especialmente de una novela, uno puede tener dos sensaciones opuestas, o cierra el ejemplar con disgusto por haber perdido el tiempo, porque se siente timado; o con alegría, con dicha por haber disfrutado a largo de sus páginas, incluso de haber aprendido. Bueno, cierto, también hay grises, pero se me entiende. Con la lectura de Sólo un día más, me ha sucedido lo segundo.
Lo importante es que todo lo que se cuenta, las reflexiones, las anécdotas, la historia, la atmósfera, la expresión de los sentimientos, todo está cuidadosamente escrito por una autora sólida, Susana Fortes, quien maneja con precisión el lenguaje y la estructura de una novela. Así que el resultado es amable y brillante, atractivo y contundente, también didáctico, emocionante. Muy recomendable.
Sólo un día más. Susana Fortes. Espasa (Editorial Planeta)