Dos grandes: Rocío Molina y Olga Pericet

Rocío Molina, Teatro Villamarta, 25 de febrero. Tercera parte de la trilogía sobre la guitarra que empezó por un «Impulso. Inicio Uno» con Rafael Riqueni, que nosotros vimos en el Teatro Odeón de Nîmes, allá por el 2019 y que nos causó no poca perplejidad, que fuimos despejando con la segunda parte, «Al fondo riela. Lo otro del uno» con las guitarras de Eduardo Trassierra y Yerai Cortés, (vean reseña, ¿Quo vadis, Rocío Molina?) y que nos ha dejado sin palabras con esta «Vuelta al uno» con Yerai Cortés, solos los dos en escena y no hacía falta nadie más, ellos llenan la escena de música y danza, de modo tal que la danza crea la música y la música crea la danza. Están hechos el uno para la otra y la otra para el uno.

¿Final con el final de la trilogía? De la trilogía puede ser, pero esta historia no tiene final, podría continuar hasta el infinito, crecer y multiplicar en creación, experimentación, investigación sobre la una y lo otro, porque no hay más límites que los que uno quiera ponerse y no es el caso. Aquí nunca hubo límites.

Rocío y Yeray, Yeray y Rocío. Él ha creado la música para sus danzas, ella sus danzas, sus múltiples personajes, situaciones, emociones, experiencias para sus músicas. El entendimiento es total, la belleza sin límites.

Hemos ido de la búsqueda abierta, sin solución de la primera parte, a la oscuridad y la sombra de la segunda, a la luz, vitalidad y florecimiento de una alegría infinita que de momento completa este triángulo.

Flamenco, danza contemporánea, indagación sobre el propio cuerpo, acto creativo puro en un recorrido por diversas emociones, encuentro con el amor, la sensualidad y el sexo implícito y explícito, siempre sutil. Movimiento sin danza, acordes que se repiten con reiteración para provocar una miríada de movimientos insólitos, sentimientos que sin esa música, esa comprensión, ese entendimiento pleno no se producirían. Ella depende de él, él de ella. Vibran juntos y hacen vibrar al espectador, no hay indiferencia posible. Más que espectáculo es un ejercicio continuado de comunicación. Nada fácil, pero totalmente conseguido.

Rocío Molina vuelve a consagrarse como artista nacida de un toque de genio original, versátil, empoderada, creadora, emprendedora, disfrutadora de sí misma, libre como la mujer más genuina de este siglo veintiuno, con libertad centrada en el crecimiento de su arte, sin importarle posibles opiniones adversas. Dueña de la expansión del flamenco por otras rutas que tienen como fin el retorno que pasa por el cambio.

Esta trilogía está marcando una época. ¿Cómo será la Rocío Molina de los años treinta? ¿No tendrá ya misterio o seguirá indagando en el personaje que será entonces? Esto es algo impredecible.

Olga Pericet. El avance de la Leona

Olga Pericet es otra de las artistas de este tiempo, para la que el arte es un proceso de indagación y crecimiento personal. En Jerez, en el auditorio de los Jardines de la Atalaya, presentó el sábado 26 de febrero, la segunda parte de su investigación sobre «La Leona», proyecto inspirado en una guitarra de ese nombre creada por el luthier Antonio de Torres en el siglo diecinueve, prototipo de guitarra española y flamenca. Proceso cuyo primer movimiento se presentó en el Festival de Danza Internacional de Itálica y que se completará en 2023. Su estreno será en el Mercat dels Flors de Barcelona.

Lo que hemos visto es una parte en construcción de un proyecto basado en una línea experimental a la búsqueda del diálogo simbólico entre el animal y el instrumento. Me centro en lo visto, en colaboración con el bailarín y coreógrafo Daniel Abreu, la guitarra de José Manuel León y el bajo de Juanfe Pérez.

Hemos visto un ritual donde tienen cabida todas las músicas, incluida la atonal. Las láminas pulidas de madera del taller de guitarras adquieren protagonismo y vida para domar simbólicamente a la leona Pericet, enseñándola a confiar en términos de dejarse caer libremente, sin miedos, guiada por el domador luthier Abreu. El espacio es el taller en el que la madera es protagonista. Tapas de guitarra, fragmentos de mástil que sirven hasta de peineta. Aquí representa lo ancestral, espiritual, ritual, resonancia, transmisión oral, corporal y social. Eso es lo que se construye con la danza, las músicas, el vestido, la desnudez, el flamenco y el no flamenco. Un trabajo complejo que rebosa originalidad en su puesta en escena.

En palabras del investigador Stefano Grondona, citadas por Pericet: «Existen dos almas, dos polos, que rugen en el cuerpo sonoro y en las formas de La Leona, lo oscuro y lo extrovertido. Estos conviven conjugándose en una integridad sonora, en un sonido vocal que multiplica su siempre indómita conflictividad, haciendo rebotar su contraste como luz en sala de espejos. El oloroso ciprés del cual están hechos fondo y aros, transmite sonido a la guitarra, que viene casi reconducida a una oscura resonancia, por el efecto fónico producido típicamente por el tornavoz, como la búsqueda de un virtual fundamento del cual cada sonido quiere convertirse en armónico».

Tema conceptual y complejo que trasladado al movimiento dancístico real e inducido en escena, conducen a ratos al espectador a una especie de éxtasis, al que las músicas, inquietantes a veces, no son ajenas. O quizá el éxtasis es transmitido directamente por la protagonista de la danza, la protagonista de «La Leona».

No sé si se entiende algo con palabras, pero el resultado es de una belleza state of the arts. Hay que ver este work in progress y reservarse para el resultado final del proceso el año que viene.

Las imágenes dicen lo que las palabras no pueden expresar.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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