«Dos forajidos (Rust)», con Alec Baldwin, la desgraciada ironía de un western maldito

«La intriga es simplista y los diálogos pasables, pero los paisajes son magníficos, la inmensidad, la suave luz y los profundos colores del Oeste americano quedan magníficamente resaltados por el trabajo con la cámara de Hutchins y Cline. Si, es la fotografía lo que impresiona» (Jocelyn Noveck, apnews.com)

Alec BaldwinParís puede esperar», «Infiltrados»), Josh Hopkins («La tormenta perfecta»), el adolescente Patrick Scott McDemott («A Carpenter’s Prayer») y Travis FimmelOperación Kandahar» y serie «Vikingos»), protagonizan un western difícil de ver sin recordar que, en mitad del rodaje, el 21 de octubre de 2021, la directora de fotografía Halyna Hutchins, de 42 años y origen ucraniano, murió en el plató durante un ensayo, alcanzada por un disparo de la pistola que empuñaba Baldwin, y que nadie pudo explicar porque estaba cargada con fuego real.

El mismo disparo hirió también al director Joel Souza en el hombro, y hubo que interrumpir el rodaje que no se reanudó hasta 2023.

Tan cierto como que en 2024 el célebre actor resultó absuelto «por irregularidades en la gestión de las pruebas» -y la culpabilidad del homicidio ha recaído en Hannah Gutiérrez Redd, la armera de la película, condenada a dieciocho meses de cárcel- es que lo mejor con diferencia de la película es justamente la fotografía, de cuya continuidad tras la muerte de Hutchins se encargó Bianca Cline (conocida por, entre otras, haberse encargado de la dirección de fotografía de la última –por el momento- versión de «Orgullo y Prejuicio», realizada en 2003 por Andrew Black).

El trabajo con la cámara de Hutchins es excelente –«sublime» ha escrito Jesse Hassenger en The Guardian-, la postproducción y el montaje han logrado hacer que sea imposible distinguir su trabajo del de Cline. La escena que ensayaban cuando ocurrió la tragedia no llegó a filmarse nunca y el actor Jensen Ackles abandonó la producción tras el accidente.

Dirigida por Joel Souza («En la piel de mi padre», «Ghost Squad»), «Dos forajidos (Rust)» sucede en los años de 1880 y sigue la historia de Harland Rust, un veterano malhechor que se encuentra en busca y captura, abandona su refugio y decide viajar a Kansas para salvar a su nieto Lucas, de trece años, condenado a morir ahorcado por la muerte accidental de un granjero. Juntos emprenden un peligroso viaje hacia la frontera mexicana, atravesando los hermosísimos y áridos paisajes del Oeste, huyendo de la persecución de diversos pistoleros con distintas intenciones: desde el legendario general Wood Helm hasta un desalmado cazarrecompensas. Toda una odisea que inevitablemente les acercará, a pesar que no se habían conocido hasta entonces.

«Dos forajidos (Rust)[1]» es un western clásico (lo que implica violencia, un mundo de polvo, plomo y tensión (…) sombrío y oscuro. «El film habla de las consecuencias de la violencia» (Alice Durand, Le Point). Visualmente impresionante, un tanto caótico, excesivamente largo (dos horas y cuarto), brutal, y hasta un poco melodramático, ocurre en el siglo diecinueve y cuenta la historia de un adolescente huérfano y su abuelo que es un «fuera de la ley».

Con un guión de tipo folletín que deja mucho que desear, le falta inspiración, y un tempo tan lento que ha llevado a decir a un crítico británico que «avanza a ritmo de caracol», no es ni mejor ni peor que otras muchas películas «del Oeste» y, como ellas, es previsible y sus escenas están llenas de pistolas y rifles[2].

Tampoco Alec Baldwin es ya, con casi setenta años, el actor que nos gustaba en «La caza del Octubre Rojo», «Malicia» , «Aviator» o «Blue Jasmine» . Su personaje resulta poco convincente y bastante anacrónico.

«Ojalá nunca hubiera escrito esta maldita película». Tres años después del disparo mortal en el plató, el realizador Joel Souza recuerda la pesadilla que vivió.

  • «Dos forajidos (Rust)» se puede ver en Madrid a partir del próximo vienes 7 de noviembre de 2025.
  • No es ningún misterio que el cine estadounidense está impregnado de violencia, lo mismo que la vida. Según un sondeo del Pew Research Center, efectuado en julio pasado, el cuarenta por ciento de los estadounidenses confiesan vivir en una casa donde hay al menos un arma de fuego.
    Y «Dos forajidos (Rust)» no es ninguna excepción. Como en todos los westerns, todos disparan como enloquecidos. Un fusil viejo que ha pasado de generación en generación está en el centro del relato.
    Tampoco es la primera vez que tiene lugar un accidente mortal en un rodaje. En 1993, en circunstancias parecidas, el actor Brandon Lee perdió la vida durante el rodaje de «The Crow». En 2014, la ayudante de cámara Sarah Jones, de veintisiete años, fue atropellada durante el rodaje de «Midnight Rider», una película que nunca se acabó.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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